Desde que la portavoz de la vicepresidencia de EE.UU. Symone Sanders anunciara recientemente que dejaría su cargo a finales de este año, los informes sobre las tensiones en el equipo de Kamala Harris se han intensificado, con varios exempleados criticando fuertemente la atmósfera de trabajo.
"Con Kamala tienes que soportar una cantidad constante de críticas devastadoras y también su propia falta de confianza. Así que constantemente estás apoyando a una matona y no está muy claro por qué", dijo un exempleado a The Washington Post, que entrevistó a 18 personas, incluidos miembros anteriores y actuales del equipo de Harris, así como funcionarios de la Casa Blanca.
Según el medio, los críticos consideran que el modo de dirección de Harris es "inconsistente y a veces degradante" y que resulta difícil trabajar con ella incluso para "la gente acostumbrada a sacrificar el sueño y soportar la diatriba ocasional de un jefe airado".
"Como antiguo miembro del personal de Harris que renunció después de cinco meses en 2013, no me sorprende. Aun así, es triste verla repetir los mismos viejos patrones destructivos bajo la dura mirada del cuerpo de prensa de Washington ", escribió, por su parte, el exestratega demócrata Gil Duran.
Los partidarios de Harris, sin embargo, afirman que todas las críticas hacia ella se basan en el racismo y el sexismo que la han seguido a lo largo de su carrera y que solo se han fortalecido después de su nombramiento como vicepresidenta.
La propia Sanders aseguró que su partida no se debe a ninguna infelicidad o disfunción, sino a que "está lista para un descanso después de tres años de la presión implacable que conllevó ser portavoz y asesora de Biden y Harris mientras navegaban por una pandemia global".
Obstáculo para ambiciones futuras
En opinión de Sean Clegg, socio de una consultora que ha trabajado con Harris en el pasado, ella es una jefa dura que puede hacer que la gente se sienta incómoda, pero que si fuera un hombre con el mismo estilo de gestión "tendría un programa de televisión llamado 'The Apprentice' (programa en el que un grupo de empresarios compiten por un contrato para dirigir una de las empresas del expresidente Donald Trump)".
The Washington Post concluye que, tanto para los críticos como para los partidarios del estilo de gestión de la vicepresidenta, "la cuestión no es simplemente dónde se encuentra Harris en la línea entre exigente y degradante", sino que es más amplia y a muchos les preocupa que "su incapacidad para mantener y retener al personal obstaculizará sus ambiciones futuras".