Los militares birmanos han sido acusados de capturar, fusilar y quemar a 11 aldeanos en el centro de Myanmar, según el testimonio de residentes locales recogido por medios locales.
Los restos carbonizados de las víctimas fueron hallados en un pueblo de la región de Sagaing, donde abundan las milicias locales formadas por opositores que resisten a la junta militar tras el golpe del pasado 1 de febrero.
Los residentes locales afirmaron que algunas de las víctimas todavía estaban vivas cuando les prendieron fuego. Imágenes de cuerpos calcinados circulan en redes sociales y han sido divulgadas por algunos medios, recoge Reuters.
"Las tropas estaban matando brutalmente a cualquiera que encontraran", contó un voluntario que cita el testimonio de personas que ayudó a huir de Don Taw y de otros pueblos de la zona.
Otro voluntario ha confirmado que unas 3.000 personas han abandonado cinco pueblos en la zona temiendo más arrestos y matanzas.
El familiar de una de las víctimas, Htet Ko, dijo a Reuters que se trataba de un estudiante de 22 años que no formaba parte de ninguna milicia y que ni siquiera iba armado.
"Esto es inhumano, siento un dolor profundo en mi corazón", dijo esta persona, que relató que el hombre fue alcanzado por fuego de armas cuando trataba de escapar.
El doctor Sasa, portavoz del Gobierno en el exilio formado tras el golpe militar, comunicó que las víctimas "fueron atadas juntas, torturadas y quemadas vivas". En una publicación en Twitter, el representante presentó una lista de 11 hombres, incluido un menor de 14 años.
"Estos terribles ataques muestran que los militares no tienen ninguna consideración a la inviolabilidad de la vida humana", expresó.
Reacción de la ONU
Stephane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, expresó las preocupaciones del organismo internacional por los informes desde Myanmar.
"Condenamos rotundamente este tipo de violencia y recordamos a las autoridades militares de Myanmar su obligación, en virtud del derecho internacional, de garantizar la seguridad y la protección de los civiles. Los responsables de este acto atroz deben ser llevados ante la justicia", declaró el vocero.
La ONU cita datos del grupo de monitoreo Asociación de Asistencia a los Presos Políticos, según los cuales más de 10.700 civiles han sido detenidos y 1.300 han sido matados por las fuerzas de seguridad en Myanmar desde que los militares se alzaron con el poder. Los militares tachan de sesgados los datos que —aseguran— pasan por alto las bajas entre sus soldados en los meses que dura el conflicto.