La aviación estratégica estadounidense aparece en la cercanía inmediata de la frontera oriental de Rusia con más frecuencia, ha constatado el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas rusas, Valeri Guerásimov.
"En el curso de estos vuelos, las tripulaciones de bombarderos estadounidenses practican la entrada en régimen de uso de misiles de crucero y de realización de un ataque virtual", dijo el alto cargo militar en una rueda de prensa en presencia de agregados militares de países extranjeros.
El jefe del Estado Mayor General señaló que las fuerzas nucleares estratégicas del país cumplen con la tarea de disuasión del enemigo potencial y precisó que "más del 95 % de los sistemas terrestres de lanzamiento" de dichas fuerzas "se encuentran en alerta para su uso inmediato".
El militar dijo que las Tropas de Misiles de Designación Estratégica siguen rearmándose con nuevos sistemas Yars y Avangard.
Al mismo tiempo, constató un aumento de las capacidades de defensa con la puesta en órbita de un nuevo satélite espacial y la construcción de radares transhorizonte del sistema de alerta temprana.
Además, las Fuerzas Aeroespaciales vienen incorporando aviones modernos, sobre todo Su-57, Su-35S y Su-34, así como sistemas antiaéreos S-400, S-350 y Pántsir-S.
Nota de protesta
EE.UU. también viene incrementando su actividad cerca de la frontera occidental de Rusia en el marco de las actividades de la OTAN, por lo que el Ministerio ruso de Exteriores comunicó el miércoles que había elevado una nota de protesta a la Embajada estadounidense en relación a los recientes incidentes con las fuerzas de la Alianza en el mar Negro.
En el documento entregado a la parte estadounidense se enumeraron recientes incidentes que pudieron haber acabado en tragedia, de no ser por la oportuna reacción de los pilotos y controladores de tráfico rusos.
"Los militares estadounidenses y sus aliados de la OTAN han pasado de intentar poner a prueba la seguridad de nuestras fronteras a realizar provocaciones contra aviones civiles, poniendo en peligro la seguridad del espacio aéreo y vidas humanas", reza el comunicado de la portavoz del Ministerio, María Zajárova.
El pasado 3 de diciembre un Airbus А330-300 de la aerolínea rusa Aeroflot, que volaba de Tel Aviv a Moscú se vio obligado a cambiar su rumbo debido a que un avión de reconocimiento de la OTAN se interpuso en su ruta sobre las aguas del mar Negro.
La Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia informó que el avión CL600 de la Alianza realizó un vuelo con un intenso descenso desde una altitud de 11.000 a 9.200 metros, cruzando la ruta del servicio de tránsito aéreo establecida para aeronaves civiles sin responder a las peticiones de servicios de tránsito aéreo.
En la zona también se encontraba otro avión de pasajeros, un Bombardier CL650 maltés que volaba de la ciudad rusa de Sochi a Skopie, la capital de Macedonia del Norte.
"Se utilizarán todos los recursos a nuestra disposición"
La vocera subrayó que efectuar vuelos sin comunicación por radio ni previo aviso y sin autorización de los controladores del tráfico aéreo conlleva graves riesgos para la seguridad de las aeronaves civiles y viola los fundamentos del tráfico aéreo internacional fijados en el Convenio de Chicago de 1944 y en otras normas de derecho internacional.
"Al tiempo que nos reservamos el derecho a responder a los desafíos correspondientes de EE.UU. y de los miembros de la OTAN que lidera, instamos a un diálogo sustancial sobre las garantías de seguridad y a una discusión sobre las formas de reducir las tensiones político-militares, incluidas las opciones para prevenir incidentes peligrosos en aire y mar", reza el comunicado.
En caso contrario, recalcó la portavoz, "se utilizarán todos los recursos a nuestra disposición para prevenir y neutralizar las amenazas emergentes".