El Parlamento de Austria ha aprobado este jueves una legislación que permitirá el suicidio asistido para las personas con enfermedades crónicas o terminales a partir del próximo año. Los pacientes que no tienen perspectivas de recuperación tendrán derecho a estipular su voluntad de morir en circunstancias estrictamente definidas.
La legislación excluye explícitamente a los menores de edad y obligará a los adultos que quieran terminar con su vida a someterse a un diagnóstico y demostrar su capacidad para tomar la decisión.
El proceso inlcuye una cita con dos médicos, un período de reflexión y una notificación certificada ante un abogado o notario. Una vez estos pasos estén superados, los enfermos podrán obtener medicamentos letales en una farmacia. Sin embargo, los nombres de los puntos de recogida no se anunciarán públicamente y únicamente se proporcionarán a los abogados y notarios autorizados, recoge AP.
Cabe mencionar que la asistencia activa al suicidio seguirá estando prohibida y cualquier persona que "induzca a otra persona a suicidarse o le ayude a hacerlo" se enfrentará a una pena de prisión de entre seis meses y cinco años.