Un grupo de investigadores de las universidades del Reino Unido, España, Austria y EE.UU. analizaron el ADN de los restos de 35 personas halladas cuatro décadas atrás en un sepulcro británico de la época neolítica y llegaron a la conclusión de que al menos 27 de ellas no solo pertenecían a la misma familia, sino que eran parientes directos, entre ellos, un hombre y cuatro mujeres con las que tuvo descendencia.
Tras secuenciar el ADN obtenido de los huesos y muelas encontrados en el monumento funerario de 5.700 años de antigüedad, conocido como Hazleton Norte, en el condado inglés de Gloucestershire, los científicos diseñaron un posible árbol genealógico de esta numerosa familia prehistórica que incluye cinco generaciones, y publicaron los resultados de su estudio este miércoles en la revista Nature.
"Este estudio nos proporciona una percepción sin precedentes sobre el parentesco en una comunidad neolítica", señaló Chris Fowler, de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), el primer autor y arqueólogo principal del estudio.
Aún no queda claro si la familia hallada es un ejemplo de relaciones polígamas o de una monogamia seriada. El grupo de investigación debería examinar otras tumbas parecidas para saber si el patriarca se reproducía con sus cuatro esposas a la vez o si cada una de ellas aparecía en la familia solo tras la muerte de la mujer anterior.
Un hecho curioso sobre este monumento formado por grandes rocas, que en el siglo XIX fueron utilizadas para la construcción de caminos y casas, es que carece de los restos de las hijas adultas de la familia. Los investigadores sugieren que los cuerpos de esas mujeres se enterraban en otras tumbas, pertenecientes a las familias de sus esposos.
Además, el análisis revela que las esposas de los hombres de este clan, tenían hijos con otros varones ajenos a la familia, ya que los científicos encontraron los restos de tres supuestos hijastros. Los investigadores recuerdan que en la época neolítica era muy fácil morir, así que las mujeres quizá tenían que cambiar de pareja si moría su esposo anterior.
Los investigadores no lograron encontrar lazos familiares de ocho de las 35 personas examinadas. Entre ellas, tres mujeres que, presumen, tal vez tenían un compañero del clan, pero no tuvieron descendencia. Otra opción es que tuvieron hijas que, al llegar a la edad adulta, abandonaron la comunidad y sus restos se depositaron en otra tumba.
Otro detalle es que la única pieza que se preservó del esqueleto del patriarca era una muela.
El estudio sobre el árbol genealógico más antiguo conocido revela por primera vez la organización social de un grupo de personas unidas por el parentesco en la época prehistórica.
"La excelente conservación del ADN en la tumba y la aplicación de las últimas tecnologías de recuperación y análisis de ADN antiguo nos permitió diseñar el árbol genealógico más antiguo jamás reconstruido y analizarlo para comprender en profundidad la estructura social de estos grupos prehistóricos", recalcó Iñigo Olalde, de la Universidad del País Vasco, el primer genetista del estudio y uno de sus autores principales.