El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha arremetido contra el Gobierno de China en una entrevista con la cadena Global News emitida este sábado en la que insta a los países occidentales a constituir un "frente unido" ante "la coercitiva diplomacia" de Pekín.
"Hemos estado compitiendo y China, de vez en cuando, nos ha hecho frente de forma muy inteligente en un mercado abierto y competitivo. Tenemos que trabajar mejor juntos y mantenernos firmes para que China no pueda imponer sus intereses ni enfrentarnos a unos contra otros", sostuvo el jefe del Ejecutivo.
Trudeau, que —según detalla el medio— reconocía en el pasado la capacidad del Partido Comunista chino de movilizar a su pueblo y trató de mejorar las relaciones bilaterales entre dos países, dijo en la entrevista que la China de ahora "ya no es la China que pensábamos hace 10 años o incluso hace cinco años en algunos aspectos".
En particular, el dirigente canadiense opinó que hace falta seguir presionando al gigante asiático en relación con los derechos humanos, la situación en Hong Kong, así como asegurar que China no intervenga en los asuntos internos de "países independientes en Asia".
Por otra parte, destacó que hay áreas como la lucha contra el cambio climático en las que es necesaria la cooperación con Pekín. Según Trudeau, China "va a ser un actor importante" si el mundo realmente quiere descarbonizar la economía global.
No mezclar los deportes con la política
Las relaciones chino-canadienses empeoraron a primeros de este mes, cuando Ottawa secundó el boicot diplomático de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín anunciado por EE.UU., Australia y el Reino Unido.
"Aferrados a la mentalidad de la Guerra Fría y a los prejuicios ideológicos, Canadá y un puñado de países occidentales interfieren en los asuntos internos de otros países con el pretexto de los derechos humanos en un intento de perturbar y contener su proceso de desarrollo", respondieron entonces desde la Embajada china en Ottawa.
Por su parte, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, aseguró que quienes apoyaron el boicoteo "pagaran un precio" por sus "actos equivocados", al tiempo que recordó que "los deportes no tienen nada que ver con la política".