El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, afirmó este lunes que la OTAN representa hoy un proyecto geopolítico que se dedica a la adhesión de los territorios que se independizaron tras la disolución del Pacto de Varsovia y la Unión Soviética.
En ese contexto, el canciller hizo hincapié en que Rusia no puede pasar por alto el hecho del acercamiento del bloque militar hasta "el umbral" de su casa.
El ministro señaló que las negociaciones entre Rusia y EE.UU. sobre garantías de seguridad se llevarán a cabo tras las celebraciones de Año Nuevo. Según afirmó, Moscú no quiere que se produzca una prolongación en el proceso y que sus propuestas se pierdan en "una discusión infinita", sino que haya "un resultado de todos estos esfuerzos diplomáticos". "No planteamos ningún ultimátum", puntualizó Lavrov.
Comentando las afirmaciones de que Rusia presentó una serie de solicitudes para EE.UU. y la OTAN sin decir qué promete hacer por su parte, el ministro subrayó que Moscú ya ha cumplido con sus compromisos. "Hay que contar desde el punto en el que llegamos a un acuerdo en 1997", sostuvo.
Lavrov, declaró que no descarta que Occidente quiera provocar una "pequeña guerra" en Ucrania y culpar a Moscú. "No descarto que exista ese deseo de alimentar los sentimientos militaristas [en Ucrania] de hacer una 'pequeña guerra' para luego culparnos e imponer otras sanciones para dañar nuestras capacidades competitivas", afirmó Lavrov.
Además, el alto diplomático calificó de "grosera" la posición de los países occidentales y de la OTAN sobre la situación en Ucrania. "Es una grosería hablar desde las posiciones que Occidente y la OTAN han adoptado ahora. Los bálticos, los polacos y los ucranianos les presionan, es absolutamente evidente", dijo.