Quién era Desmond Tutu, cuya muerte llora toda África y del que Mandela dijo que "si no le dejan entrar al paraíso, nadie de nosotros estará allí"
El continente africano está llorando esta semana la muerte de Desmond Mpilo Tutu, clérigo que utilizó su púlpito y su enérgica oratoria para ayudar a derribar el 'apartheid' en Sudáfrica y fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz. El primer sudafricano negro en desempeñar las funciones de arzobispo anglicano e icónico activista de los derechos humanos falleció el pasado domingo en la Ciudad del Cabo a los 90 años de edad a causa de un cáncer.
"El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo en la despedida de nuestra nación a una generación de sudafricanos excepcionales que nos han legado una Sudáfrica liberada", declaró el presidente del país, Cyril Ramaphosa y agregó:
"Ha caído un árbol enorme y es un árbol bajo el cual nosotros, como africanos y como hijos de este gran país, encontrábamos refugio, encontrábamos sombra, encontrábamos protección, y este árbol ahora ha caído".
Su féretro reposa este jueves y viernes en la catedral anglicana de San Jorge de la capital legislativa sudafricana, donde los ciudadanos pueden presentarle sus respetos antes de la misa de réquiem y el funeral que tendrá lugar el día del Año Nuevo. Esta semana en el Ayuntamiento tuvo lugar una celebración en honor de Tutu, con la música y el baile que tanto le gustaban, a la que asistieron miembros de su familia y políticos y en donde líderes cristianos, budistas, judíos, africanos tradicionales y musulmanes le ofrecieron sus oraciones. Asimismo, está previsto que se celebren funerales en Johannesburgo y otras ciudades del país.
Lucha pacífica contra el 'apartheid'
Nacido el 7 de octubre de 1931 en la pequeña ciudad de Klerksdorp, Tutu era hijo de una trabajadora doméstica y de un maestro de escuela. Siguiendo los pasos de su padre, se formó como docente antes de renunciar en protesta contra una reforma que bajó los estándares educativos para los niños negros, y posteriormente se convirtió en sacerdote.
Como líder del Consejo Sudafricano de Iglesias y más tarde como arzobispo anglicano de Ciudad del Cabo, Desmond Tutu –contemporáneo de Nelson Mandela, icono de la lucha contra el 'apartheid' y expresidente de Sudáfrica– fue uno de los impulsores del movimiento para acabar con la política de segregación y discriminación racial aplicada desde 1948 hasta 1991 por los sucesivos gobiernos de minoría blanca contra la mayoría negra en el país.
Mientras otros líderes de la lucha contra el régimen de 'apartheid' eran asesinados, obligados a exiliarse o encarcelados (como el fallecido Mandela), Tutu, conocido también como 'el Arco', denunciaba el sistema de segregación racial, consolaba a sus víctimas, pedía cuentas al movimiento de liberación y desafiaba a los países occidentales a que hicieran más para aislar a un régimen racista al que comparaba con los nazis.
Cuando llegó la democracia, Tutu supervisó la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, que pretendía sacar a la luz los crímenes del 'apartheid' y buscaba alcanzar la justicia restaurativa, informa AFP. Tutu creía firmemente en la reconciliación de los sudafricanos blancos y negros.
"Estoy caminando sobre las nubes. Es una sensación increíble, como enamorarse. Los sudafricanos vamos a ser el 'Pueblo Arcoíris' del mundo", dijo en una entrevista de 1994, año en el que Sudáfrica celebró sus primeras elecciones democráticas, en las que Mandela se convirtió en la primera persona negra en encabezar el Ejecutivo del país.
"El 'apartheid' ha decretado la política de la exclusión"
En 1984, fue laureado con el Premio Nobel de la Paz "por su papel como figura de liderazgo unificador en la campaña no violenta para resolver el problema del 'apartheid' en Sudáfrica". El Comité Nobel señaló que, "a pesar de las sangrientas violaciones cometidas contra la población negra, como en la masacre de Sharpeville de 1961 y el levantamiento de Soweto en 1976, Tutu se adhirió a su línea no violenta". "Sin embargo, no quiso culpar a Nelson Mandela y a sus partidarios por haber tomado una decisión diferente", agregó.
"Hay suficiente de las cosas buenas que provienen de la generosidad de Dios, hay suficiente para todos, pero el 'apartheid' ha confirmado a algunos en su egoísmo, haciendo que agarren con avidez una parte desproporcionada, la parte del león, debido a su poder", dijo Tutu en su discurso de aceptación del premio, en el que denunció la política de exclusión decretada por el 'apartheid', que hacía que el 73 % de la población sudafricana quedara excluida de "cualquier participación significativa en los procesos de toma de decisiones políticas".
Frustraciones posteriores al 'apartheid'
Sin embargo, la Sudáfrica 'post-apartheid' se convirtió cada vez más en una fuente de frustración para Tutu, ya que las grandes esperanzas de los primeros días de la democracia dieron paso a la desilusión por la violencia, la desigualdad y la corrupción.
Tutu, que nunca fue miembro del gobernante Congreso Nacional Africano (CNA), declaró en 2013 que ya no votaría a ese partido, aunque el presidente Cyril Ramaphosa –un viejo amigo suyo– volvió a tender puentes con él tras llegar al poder en 2018.
Tutu, quien dejó de ejercer funciones públicas en 2010, dijo en una ocasión de sí mismo: "Desearía poder callar, pero no puedo y no lo haré".
Lucha por los derechos de las personas LGBTQ, los palestinos y a favor del medio ambiente
Desmond Tutu era conocido no solo por su lucha contra el 'apartheid'. Tutu era también un firme opositor a la discriminación de género y defensor de la comunidad LGBTQ. Participó activamente en la campaña Free & Equal de la ONU y a menudo comparó la lucha de los señalados por su orientación sexual con el 'apartheid'. En una entrevista a la BBC en 2007 señaló:
"Si Dios, como dicen, es homófobo, yo no adoraría a ese Dios".
Joni Madison, presidente interino de Human Rights Campaign, un destacado grupo de defensa del colectivo LGBTQ, dijo que el "poderoso aliado de Tutu nunca será olvidado", recoge la CNN.
Además, el religioso fue un firme defensor de los derechos del pueblo palestino. Durante el conflicto del 2014, cuando Israel lanzó una operación militar para impedir que el grupo Hamás disparara cohetes contra territorio israelí, acusó a Tel Aviv de emplear una "respuesta desproporcionadamente brutal" y pidió a ambas partes que abandonaran la violencia en favor del diálogo. "Nos oponemos a la injusticia de la ocupación ilegal de Palestina. Nos oponemos a la matanza indiscriminada en Gaza. Nos oponemos a la indignidad que sufren los palestinos en los puestos de control y los controles de carretera. Nos oponemos a la violencia perpetrada por todas las partes. Pero no nos oponemos a los judíos", declaró entonces al periódico israelí Haaretz.
Asimismo, en los últimos años de su vida, Tutu abogó por que en la comunidad internacional se plantearan boicots para detener la crisis climática. Presionó al expresidente de EE.UU. Barack Obama para que detuviera el controvertido oleoducto Keystone XL, que habría transportado petróleo de las arenas bituminosas de Canadá a Estados Unidos. En 2014, Tutu viajó a Canadá para evaluar el proyecto por su cuenta y escuchar a sus partidarios y opositores. También escribió múltiples artículos en destacados periódicos de todo el mundo en los que pidió a los países que pusieran en marcha un "boicot al estilo del 'apartheid' para salvar el planeta" y calificó la crisis climática como el "'apartheid' de nuestro tiempo".
"Un gran hombre que vivió una vida verdaderamente significativa"
Durante su vida Tutu cosechó una gran cantidad de admiradores. "Creo que Dios está esperando al arzobispo. Está esperando para recibir a Desmond Tutu con los brazos abiertos", afirmó en su momento Nelson Mandela, quien se alojó en casa del religioso en su primera noche de libertad en 1990, tras pasar 27 años en la cárcel después de ser acusado en 1962 de conspiración para derrocar al gobierno. Y añadió:
"Si Desmond llega al paraíso y se le niega la entrada, entonces ninguno de nosotros entrará".
Por su parte, el dalái lama, líder espiritual del Tíbet y viejo amigo de Tutu, dirigió una carta de condolencia a la hija del arzobispo emérito. "Recuerdo las numerosas ocasiones en las que pasamos tiempo juntos, incluida la semana aquí en Dharamsala en 2015, cuando pudimos compartir nuestros pensamientos sobre cómo aumentar la paz y la alegría en el mundo. La amistad y el vínculo espiritual entre nosotros era algo que apreciábamos", dijo.
El dalái lama subrayó que con el fallecimiento de Tutu el mundo perdió a "un gran hombre, que vivió una vida verdaderamente significativa" y "se dedicó al servicio de los demás, especialmente de los menos afortunados".
No solo Sudáfrica llora a Desmond Tutu
No solo Sudáfrica, sino también los líderes y políticos de numerosos países –independientemente de su color político– rindieron homenaje esta semana al arzobispo emérito.
La presidenta de Tanzania, Samia Suluhu Hassan, definió a Tutu como un "verdadero hijo e icono de África" y agregó que "su contribución a la lucha por la liberación y su posición inquebrantable a favor de la paz, la unidad y el buen gobierno serán siempre apreciadas", recoge AP.
"África ha perdido un monumento", señaló el presidente de Burundi, Évariste Ndayishimiye. Por su parte, el primer ministro etíope, Abiy Ahmed Ali, quien también ganó el Premio Nobel de la Paz, elogió al activista como "la encarnación de la lucha por la liberación", a pesar de que la fundación de Tutu advirtió a principios de este año que la guerra en la región etíope de Tigray equivalía a un genocidio.
"Ha caído un gigante", tuiteó Bobi Wine, líder de la oposición ugandesa. "Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor", publicó la Alianza por el Cambio y la Transparencia, partido opositor tanzano, citando una de las frases más famosas de Tutu.
También expresaron sus pésames desde EE.UU. y Rusia. El presidente de EE.UU., Joe Biden, dijo que Tutu siguió su vocación espiritual de crear un mundo mejor, más libre y más igualitario. "Su legado trasciende las fronteras y resonará a través de los tiempos", señaló.
"El arzobispo Desmond Tutu fue un mentor, un amigo y una brújula moral para mí y para tantos otros", dijo el exmandatario estadounidense Barack Obama, quien en 2009 le concedió la Medalla Presidencial de la Libertad. "Nunca perdió su pícaro sentido del humor y su voluntad de encontrar humanidad en sus adversarios", agregó.
Mientras, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia subrayó que el país euroasiático recordará a Tutu "como un destacado defensor de los derechos humanos y un líder espiritual muy respetado no solo en Sudáfrica, sino en todo el mundo".
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