2021 fue uno de los años más intensos y exitosos para la NASA, en el que el ente consiguió convertir algunos de sus planes (que, a primera vista, parecían de ciencia ficción) en una realidad científica.
La agencia espacial estadounidense hizo historia en Marte con su róver Perseverance y el helicóptero autónomo Ingenuity, que realizó el primer vuelo en otro planeta; siguió avanzando en su programa Artemis, cuyo objetivo es volver a explorar la Luna; probó nuevas tecnologías para un avión supersónico silencioso y lanzó el telescopio espacial más potente del mundo, James Webb, entre otros logros.
Sin embargo, la NASA no piensa parar en 2022. El próximo verano, la agencia tiene previsto lanzar una misión orbital, denominada Psyche, que realizará un viaje de unos 450 millones de kilómetros hasta un excepcional asteroide homónimo que orbita el Sol entre Marte y Júpiter a una distancia que oscila entre 378 millones y 497 millones de kilómetros de nuestra estrella.
¿Por qué el asteroide Psyche?
Lo que hace única a esta roca espacial es que parece ser el núcleo expuesto de níquel-hierro de un planeta primitivo, explica la agencia. Si lo es, el asteroide Psyche 16, llamado así por la diosa Psique de la mitología grecolatina, puede ofrecer una mirada cercana al interior de los planetas terrestres rocosos, como la Tierra, que normalmente está oculto bajo capas de manto y corteza.
Además, las pistas sobre las colisiones que sufrió hace millones de años el objeto espacial, que tiene un diámetro de más de 200 kilómetros, podrían ayudar a comprender mejor la formación de nuestro sistema solar, así como de los sistemas planetarios alrededor de otras estrellas.
"Si resulta ser parte de un núcleo metálico, formaría parte de la primera generación de núcleos primitivos de nuestro sistema solar", detalló Lindy Elkins-Tanton, científica de la Universidad Estatal de Arizona e investigadora principal de la misión.
"Pero no lo sabemos realmente, y no sabremos nada con seguridad hasta que lleguemos allí. Queríamos hacer preguntas primarias sobre el material que construyó los planetas. Estamos llenos de preguntas y sin muchas respuestas. Esto es una verdadera exploración", añadió.
Se calcula que el valor de los metales que componen Psyche 16 supera el de toda la economía global. Elkins-Tanton calcula que solo su hierro valdría unos 10.000 cuatrillones de dólares en la Tierra. A modo de comparación, en 2020 la economía mundial se valoró en unos 84,5 billones de dólares, según Forbes.
¿Cómo se realizará la misión Psyche?
El lanzamiento de la nave Psyche –que tiene tamaño de 3,1 metros por 2,4 metros y cuenta con paneles solares– está previsto para el agosto desde el Centro Espacial John F. Kennedy de Florida a bordo de un cohete Falcon Heavy de SpaceX. Entre octubre de 2022 y octubre de 2026, se dirigirá hacia el asteroide utilizando energía eléctrica solar y pasará en mayo de 2023 cerca de Marte para recibir recibir un 'empujón' gravitatorio.
Se espera que la sonda llegue al asteroide en enero de 2026 tras una fase de aproximación de cien días, que incluye la medición de su eje de giro y rotación, y luego pasará 21 meses midiendo y cartografiando, estrechando gradualmente su órbita hasta pasar justo por encima de la superficie de la roca. La órbita prevista de la nave consiste en realidad en cuatro órbitas sucesivamente más cercanas, lo que permite a los instrumentos de a bordo maximizar su eficacia a diferentes distancias.
Mientras, el cierre de la misión se prevé entre noviembre de 2027 y agosto de 2028, cuando la nave proporcionará sus últimos datos a la Tierra. Luego de que el equipo de la misión proporcione los resultados restantes, los sistemas de vuelo espacial serán retirados de servicio, marcando el fin del proyecto.
Inicios de nuestro futuro tecnológico
La misión Psyche dará a los investigadores algo más que un vistazo a nuestro pasado profundo, también permitirá ver los inicios de nuestro futuro tecnológico. En lugar del tradicional combustible para cohetes, la nave aumentará gradualmente su velocidad utilizando la propulsión iónica. La electricidad procedente de los paneles solares de la sonda espacial alimentará por primera vez en el espacio profundo un nuevo tipo de propulsor llamado propulsor Hall. El gas xenón se convierte en iones de xenón, que son expulsados de la nave para proporcionarle empuje, lento al principio, pero que aumenta constantemente a medida que acelera.
El sistema de comunicaciones de la sonda también podría abrir nuevos caminos. Aunque se basa en un sistema de comunicaciones primario más tradicional, la nave probará la comunicación por láser, que codifica sus mensajes en fotones –partículas de luz– en lugar de ondas de radio. Esto significa potencialmente transmitir muchos más datos a la Tierra en un tiempo determinado.
Instrumentos científicos de la nave
Entre los instrumentos científicos de la Psyche destaca un captador de imágenes multiespectrales capaz de tomar imágenes de alta resolución combinadas con filtros, lo que permitirá identificar los metales y silicatos o materiales rocosos que componen el asteroide. Unas potentes cámaras gemelas recogerán datos sobre su geología, composición y topografía, una de de las cuales también ayudará a la navegación óptica.
Además, la nave espacial dispone de un espectrómetro con dos detectores, uno para rayos gamma y otro para neutrones, que desenmascarará los elementos químicos de la superficie de la roca espacial: hierro, níquel, silicio y oxígeno. Su presencia, abundancia y energía pueden contar la historia de la formación del asteroide y su evolución a lo largo de los siglos, señala la NASA.
Asimismo, la sonda está equipada con un magnetómetro para medir el campo magnético y conocer el interior del cuerpo espacial. Según la NASA, lo que quede del campo magnético del asteroide revelará mucho sobre su historia y composición.
Las mediciones de alta precisión del campo gravitatorio de Psyche 16, realizadas con el sistema de radiocomunicaciones de banda X de la nave, se combinarán con mapas de la topografía de la roca espacial a partir de imágenes. En conjunto, las mediciones mostrarán las protuberancias y depresiones de su campo gravitatorio, revelando su estructura interior.
"El ser humano siempre ha sido un explorador", afirmó Elkins-Tanton. "Siempre nos hemos puesto en marcha desde donde estamos para averiguar qué hay más allá de esa colina. Siempre queremos ir más lejos, siempre queremos imaginar. Es algo inherente a nosotros. No sabemos lo que vamos a encontrar, y espero que nos sorprendamos del todo", concluyó.
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