Las personas no vacunadas de la región metropolitana de Gran Manila, donde viven 14 millones de habitantes distribuidos en 16 ciudades y un municipio, deberán permanecer confinadas, según lo anunciaron esta semana las autoridades de Filipinas.
Según la nueva normativa, quienes no hayan recibido las dos dosis de la vacuna contra el covid-19 deberán quedarse en casa, pudiendo solo salir para comprar artículos de primera necesidad, buscar ayuda médica, ir a trabajar y hacer ejercicio al aire libre cerca de su lugar de residencia.
Quienes vayan a trabajar a la oficina tendrán que someterse a una prueba de covid-19 cada dos semanas, corriendo con los gastos de alrededor de 100 dólares.
Las restricciones se mantendrán al menos hasta el 15 de enero, aunque el periodo puede prolongarse si el número de infecciones sigue aumentando.
Aunque más del 90 % de la población elegible en la Gran Manila ha sido vacunada en su totalidad, el gobierno no logró su objetivo de inmunizar en 2021 al 70% de los 110 millones de filipinos, según medios.