El rompehielos de propulsión nuclear ruso Árktika, el más potente del mundo y la cabeza de una nueva generación de naves del proyecto 22220, ha terminado su primera misión de conducción de una caravana de barcos de transporte por la Ruta Marítima del Norte de este año a la región rusa de Chukotka, informó este lunes el servicio de prensa de esa autonomía rusa.
El Árktika abrió paso al puerto de Pevek, en Chukotka (Lejano Oriente de Rusia), a tres cargueros: el Inzhener Trubin, el Yuri Arshenevski y el Polar King. Los barcos entregaron a la circunscripción autónoma 14.000 toneladas de carga, entre materiales de construcción, bienes industriales y alimentos.
El Árktika pertenece a las naves del proyecto 22220, los rompehielos de propulsión nuclear más grandes y potentes del mundo. El concepto de doble calado de estas naves les permite operar tanto en las congeladas aguas del Ártico como en las desembocaduras de los ríos polares.
Los barcos de ese proyecto desplazan 33.500 toneladas y miden 173,3 metros de eslora y 34 de manga. Su diseño y enorme potencia, que confiere a la hélice 60 megavatios, les permite a esas naves abrirse paso entre hielos de hasta tres metros de espesor.
El segundo buque del proyecto, Siberia, zarpó para realizar pruebas de navegación en otoño del año pasado.
La Ruta Marítima del Norte es una vía de navegación que une el océano Atlántico con el Pacífico a lo largo de la costa norte de Rusia.
Su valor comercial es indiscutible. Siguiendo la ruta a través del océano Índico, la distancia entre Europa del Norte y los estados de la región asiática del Pacífico es de 11.000 millas náuticas, mientras que la Ruta Marítima del Norte acorta esta travesía en 3.900 millas, es decir en un 34 %, con lo que reduce considerablemente el coste del transporte.