Dos andinistas murieron y otros dos sufrieron heridas al accidentarse durante el ascenso al volcán Lanín, en la provincia de Neuquén, en la zona fronteriza entre Argentina y Chile, el pasado 5 de enero. Llegar a la cima del Lanín, de 3.776 metros de altura, es un desafío habitual para cientos de turistas y escaladores locales e internacionales que cada año llegan a esta preciosa región patagónica.
Sin embargo, el pueblo mapuche que habita la zona está alertando desde 2005 que la sobreexplotación turística y deportiva del "sagrado Pijan Mawiza" trae como consecuencias "desprendimientos de laderas permanentes, escasez de nieve en su cumbre y reiterados accidentes", manifestaron desde la Confederación Mapuche de Neuquén.
Como cada año desde 2008, las distintas 'lof' (comunidades) mapuche de Neuquén realizarán entre el 12 y el 17 de enero próximos el 'gejipun' (ceremonia) tradicional al pie del volcán. Hacia el lugar se ha movilizado gente desde distintos territorios de la provincia. Se concentrarán el día jueves y el viernes iniciarán la ceremonia, que se extenderá hasta el sábado.
Este rito requiere de un ambiente de privacidad, tranquilidad y resguardo del territorio en el que se desarrolla, para lograr establecer la relación armónica con los 'Pu Newen' (todas las fuerzas naturales).
Para ello, y a pedido de las autoridades mapuche, la administración del Parque Nacional Lanín suspendió las visitas durante seis días. Es decir, no habrá venta de paquetes turísticos ni escaladas al macizo. Esto, en el marco del manejo conjunto que existe desde hace más de 20 años entre Parques Nacionales y las comunidades mapuches, un derecho que lleva detrás una extensa lucha reivindicatoria por el territorio y los sitios considerados sagrados.
Pety Piciñam se prepara para emprender viaje hacia el pie del Lanín, pero hace una pausa para atender el llamado de RT. Pety tiene 59 años y es pijañ kuse (mujer con conocimiento filosófico y espiritual) de la lof Puel Pvjv. "Para el pueblo mapuche el volcán es una fuerza muy importante, tiene un valor espiritual y simbólico fundamental, y por lo tanto merece un profundo respeto. Siempre lo tuvo de nuestra parte, pero bueno, para el poder capitalista esa idea y ese conocimiento que el pueblo mapuche siempre ejerció en cada territorio, no existe", señala.
El comunicado de la Confederación Mapuche de Neuquén es sumamente claro en cuanto a la valoración que dan estos pueblos al sitio en cuestión: "El Circulo de Autoridades del Pijan Mawiza explica que un volcán no es un elemento más del paisaje, sino que representa la expresión por donde la 'Mapu' [universo] respira y brinda vida. Desde el 'mapuche kimvn' [conocimiento] nos enseñan la importancia de los volcanes en los comienzos de las vidas en la tierra y cómo estos ayudaron a generar el actual ambiente habitable que gozamos. Son generadores de energías de vida en la medida que han permitido estabilizar las temperaturas en la superficie de la tierra. De allí el carácter de sitio sagrado que ha tenido para nuestra cultura la cadena de volcanes a lo largo de la 'Fvta Mawiza' [cordillera de los Andes]".
Estos conceptos ancestrales toman una relevancia mayor en el contexto del cambio climático y sus innegables efectos adversos en la naturaleza.
Así lo explica Pety Piciñam: "El comienzo de la ceremonia tiene ese sentido. Como mapuches tenemos comunicación con lo que denominamos 'Gen', que son vidas, espíritus protectores de determinados espacios que acuden a los seres humanos para comunicarse a través de ellos. Según el conocimiento ancestral, consideramos que somos parte de un todo organizado, que es secular y es holístico. Las vidas se manifiestan a través de los sueños, alertando ciertas situaciones que van a ocurrir, generalmente producto del mal comportamiento humano".
"A estas vidas, a las cuales tenemos que respetar, debemos pedirles permiso para hacer uso de ese espacio —remarca la autoridad mapuche—. Porque también nos dicen que esos lugares no son aptos para el uso humano. Eso es fundamental para nosotros, pero la lógica de explotación irracional hace que estemos como estamos. Hay una diversidad de vidas allí que están siendo molestadas, avasalladas en su existencia y hoy se están manifestando", advierte.
La 'pijañ kuse' señala además que ni al pueblo mapuche ni a ningún otro pueblo indígena se le ocurriría jamás ir a este sitio sagrado solamente por placer, sino que a esos espacios siempre se acudió a reflexionar, a ponerse en contacto y a comprometer la propia existencia desde un lugar de convivencia.
"En cierto sentido, nosotros no estamos en contra de que vengan turistas a conocer el espacio, pero falta un conocimiento ancestral de ese territorio que no está siendo contemplado. El volcán está pidiendo a gritos ayuda para que no siga ocurriendo lo que está ocurriendo hasta ahora. No se trata de costumbres ni tradiciones, se trata de conocimiento", insiste.
En 2004, las autoridades mapuches presentaron un proyecto para declarar al Lanín/Pijan Mawiza 'Sitio Natural Sagrado del Pueblo Mapuche'. La iniciativa encomienda a la intendencia del Parque Nacional el establecimiento de un mecanismo de trabajo conjunto con estos sectores de la población neuquina, para garantizar la conservación y sustentabilidad del lugar, respetando la interculturalidad y haciendo un uso responsable.
Salvador Vellido es el intendente del Parque Nacional Lanín desde enero de 2020. Él reconoce que, como autoridad del parque, debe conciliar entre el tironeo de las comunidades mapuches y el de las empresas turísticas, que generan empleo y atraen visitantes a la zona.
"El Parque hace más de 20 años que está llevando una política de co-manejo, que se enmarca dentro de dos pilares: uno es el moral o ético, que implica salir de la lógica etnocentrista y pasar a reconocer a las diferentes culturas. El otro pilar es la propia Constitución Nacional y los acuerdos internacionales, donde se reconoce el derecho de los pueblos originarios", dice a este medio.
"Este co-manejo tiene las tensiones lógicas de un proceso que creo que será eterno. Dicho esto, el Parque Nacional claramente reconoce en su plan de gestión al volcán Lanín como un 'Pijan', como un sitio sagrado mapuche, por lo que ambas partes están impulsando la consagración de todo el territorio, no solo del volcán, como un sitio que requiere una categoría especial".
Según Vellido, los administradores mantienen constantes conversaciones con las autoridades mapuche sobre cuál sería el equilibrio necesario que marcaría una gestión intercultural. "Lo que se pretende es que no siga sucediendo lo que ocurrió históricamente en nuestro país, que es el avasallamiento de una cultura sobre otra. Desde esa perspectiva venimos charlando junto con los 'peñi' [hermanos] acerca de cómo equilibrar la valoración cultural que se le da al 'Pijan' con la actividad humana en ese volcán, desde el punto de vista occidental y en el marco del capitalismo que rige en este país".
Emmanuel Gentile
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