Científicos canadienses encontraron una manera de convertir el ácido desoxirribonucleico (ADN) en la antena más diminuta del mundo, capaz de transmitir datos sobre los cambios estructurales en ciertas proteínas dentro de un organismo.
Según comunicó la semana pasada la Universidad de Montreal, estas nanoantenas son flexibles, fáciles de ensamblar y permiten monitorear la funcionalidad y los desplazamientos de las proteínas objetivos de seguimiento.
Hace más de 40 años se creó el primer sintetizador de ADN para diseñar moléculas que codifican información genética, recuerda el comunicado. En los últimos años, dice el catedrático y autor principal del invento, Alexis Vallée-Bélisle, los químicos "se han dado cuenta de que el ADN también puede ser utilizado para construir una variedad de nanoestructuras y nanomáquinas".
Este investigador y su equipo se inspiraron en "las propiedades del ADN similares a las del Lego, cuyos componentes básicos suelen ser 20.000 veces más finos que un cabello humano". La antena hecha de ADN mide cinco nanometros de largo y es fluorescente, recibe la luz en una longitud de onda y, en función del comportamiento de la proteína a la que persigue, devuelve esa luz en otra longitud de onda, es decir, de otro color, un cambio que los investigadores pueden distinguir.
El invento es muy prometedor para la bioquímica y la nanotecnología, ya que el equipo pudo detectar "en tiempo real y por primera vez la función de la enzima fosfatasa alcalina con varias moléculas biológicas y medicamentos". "Esta enzima está asociada a muchas enfermedades, incluidos varios tipos de cáncer e inflamación intestinal", afirmó el investigador Scott Harroun, el primer autor del artículo científico al respecto publicado a finales de diciembre pasado.
Los inventores se muestran dispuestos a fundar una empresa para comercializar esta nanoantena y hacerla accesible para el mayor número posible de investigadores.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!