Carlota Jaramillo, la 'reina del pasillo' ecuatoriano y precursora en defender los derechos de autor
En Calacalí, una parroquia rural del Distrito Metropolitano de Quito, en Ecuador, se encuentra un museo que está dedicado a la cantante ecuatoriana Carlota Jaramillo, conocida como 'la reina del pasillo', el género musical nacional por excelencia.
Esta cantante, cuyo nombre completo era María Isabel Carlota Jaramillo Jaramillo, no tiene ningún parentesco con el más conocido 'Ruiseñor de América' Julio Jaramillo (1935-1978), aclara de entrada, en entrevista con RT, Claudia Oña, directora del museo. La artista nació justamente en Calacalí, el 9 de julio de 1904 y vivió en la casa donde hoy se le rinde homenaje. Sus padres fueron Jorge Isaac Jaramillo y Natalia Jaramillo y tuvo dos hermanos: Inés y Gonzalo.
"Desde niña tenía sus dotes de artista", resalta Oña. Su tío, Timoleón Jaramillo, padre del también artista ecuatoriano Héctor Jaramillo, "le enseñó a tocar el piano, la guitarra y la incentivó muchísimo en la música".
Su primera actuación en público la hizo a los 18 años, en 1922, año en el que se conmemoraba el Centenario de la Batalla de Pichincha, evento que selló la definitiva independencia del territorio que hoy es Ecuador.
"Entonces se organizó un concurso de música ecuatoriana en el Teatro Sucre y Carlota junto a su hermana Inés participaron interpretando los pasillos 'Para mí tus recuerdos' y 'Serenata de amor', ganando el primer premio", dice, por su parte, el profesor, investigador y musicólogo José Cevallos Black.
A los 22 años, Jaramillo se graduó de "preceptora normalista" en el Colegio Normal Manuela Cañizares y tras ello comenzó a ejercer la docencia, aunque a la par desarrollaba su vida artística.
Actriz y un amor mayor
Pero la vida artística de esta ecuatoriana comenzó realmente por la actuación. En 1926 formó parte de la Compañía Comedias y Variedades, de teatro, que funcionaba en Quito, en la que trabajó junto a su hermana Inés.
Ahí conoció a Jorge Araujo Chiriboga, compositor y actor ecuatoriano. Un año más tarde, en 1927, contrajeron matrimonio.
"Chiriboga era de Riobamba, le llevaba 12 años a Carlota […] No había querido la familia de doña Carlota que se casase con él, pero se casan a escondidas en Guayaquil y regresan ya casados", comenta Oña. La pareja tuvo dos hijos: Marco Vinicio y Nelly.
La historia de amor y la diferencia de edad quedó plasmada en una canción que le dedicó Chiriboga a Jaramillo, titulada 'Sendas distintas'. Algunos de sus versos dicen:
"Que distintos los dos
Tu vida empieza
Y yo voy ya
Por la mitad del día
Tu ni siquiera vives todavía
Y yo, ya de vivir
Tengo pereza".
Oña relata que Jaramillo "ejerció la docencia 14 años y después se dedicó por completo a la música". Su especialidad fue la interpretación de pasillos y otros géneros musicales de Ecuador, como el albazo.
Ya en 1938 había grabado su primer disco, que lo hizo en la ciudad de Riobamba. Sus canciones más reconocidas y recordadas son 'Amor grande y lejano', 'Honda pena', 'Corazón que no olvida', 'Nunca', 'Para mí tu recuerdo', 'Sendas distintas', 'Esta pena mía', 'Almas gemelas', 'Despedida', 'Es en vano', entre otras.
Derechos de 'Si tú me olvidas'
En 1971, en Francia se estrena la película 'Morir de amor', del cineasta André Cayatte. Para ambientar una de las escenas del film se incluyó de fondo musical la canción 'Si tú me olvidas', de 1942, cuya letra y música son de Araujo Chiriboga, quien la interpretó, al igual que Jaramillo.
La pieza fue empleada sin autorización; por ello, de acuerdo con un viejo artículo publicado por el diario El Comercio, con fecha del 16 de noviembre de 1972 y cuyo título reza 'Canción ecuatoriana fue usada sin permiso en película francesa', Jaramillo inició una acción judicial ante el Alto Tribunal de París.
Finalmente, la Justicia francesa le dio la razón a la 'reina del Pasillo'. "Tengo entendido que después de 10 años hubo un rédito, no tan grande, pero un rédito hacia Carlota Jaramillo", relata Oña.
Un busto y el museo
Jaramillo, también considerada "la voz femenina del pasillo", recibió en vida un reconocimiento en su pueblo natal Calacalí, donde se erigió un busto suyo en 1979. La escultura se encuentra en la plaza principal de la localidad, a un lado de una torre de 10 metros que se hizo en honor a la misión geodésica francesa que ubicó la latitud 0º 0' 0".
El 10 de diciembre de 1987, a los 83 años, esta cantante ecuatoriana falleció. Producto de una caída en la casa que compartía con su hija Nelly, se fractura el cráneo y es trasladada a un hospital de Quito, donde finalmente muere.
En 2004 se abrieron las puertas del museo donde estaba su casa en Calacalí. Luego de un tiempo cayó en abandono, pero en los últimos siete años esta instalación ha estado administrada por Oña, quien estudió música y también es amante del pasillo ecuatoriano, con el apoyo de su esposo y sus dos hijos. Mantienen el sitio en buen estado, realizan visitas guiadas e interactivas y organizan eventos artísticos en diversas ocasiones.
En el museo, cuya entrada es de 2 dólares para el público en general y 1 dólar para la tercera edad —dinero que sirve para su conservación—, se pueden ver fotos, cuadros y pinturas de Jaramillo, medallas, diplomas, discos y otros objetos, así como reconocimientos que le otorgaron; también, obviamente, se puede escuchar su música.
En la parte baja de las instalaciones se ha creado un espacio para recordar, asimismo, a otros compositores y cantantes de Ecuador. El museo, además, se ha convertido en uno de los principales atractivos turístico-culturales de Calacalí, atrayendo a nacionales y extranjeros; y es un lugar donde además de conocer sobre la vida de Jaramillo, el pasillo ocupa un espacio primordial.
Patrimonio cultural
En diciembre de 2021, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) incorporó el pasillo ecuatoriano a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
"El museo Carlota Jaramillo ayudó a recopilar firmas para hacer la carpeta que sería enviada a la Unesco", recuerda Oña sobre el documento que envió el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) al organismo internacional.
El origen de este género musical se remonta al siglo XIX, siendo el resultado de una fusión entre diversas músicas indígenas y europeas, en particular el vals, el minué y el bolero español.
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural de Ecuador define al pasillo como "un poema que se canta". "Es una música inolvidable que al cantarlo o escucharlo habremos reconocido, comprendido y amado a nuestra patria, pues se nutre de las manifestaciones sentimentales del cholo costeño, el montubio y también el citadino", explica.