Martin Shkreli, también conocido como 'Pharma Bro', ha sido suspendido de por vida de la industria farmacéutica este viernes y ha sido condenado a pagar 64,6 millones de dólares, cifra que equivale a las ganancias que obtuvo tras aumentar enormemente el precio y monopolizar la patente de un medicamento vital que durante décadas fue barato y accesible.
La decisión la tomó la juez de distrito de EE.UU. en Manhattan, Denise Cote, unas semanas después de que se revelaran grabaciones que, según la magistrada, demostraban que Shkreli continuaba controlando su compañía Vyera Pharmaceuticals desde la cárcel. Pharma Bro, que también recibió el apelativo de 'hombre más odiado de EE.UU.', fue sentenciando a siete años en 2018 tras haber estafado a sus inversores y actualmente cumple condena en una prisión federal del estado de Pensilvania.
"Shkreli no era un jugador secundario ni un beneficiario 'remoto y no relacionado' del esquema de Vyera", dictaminó Cote. "Él fue el autor intelectual de su conducta ilegal y la persona principal responsable de ello a lo largo de los años", aseguró.
"La conducta anticompetitiva de Shkreli a expensas de la salud pública fue flagrante e imprudente", agregó la juez. "Él no se arrepiente. Prohibirle la oportunidad de repetir esa conducta no es nada si no es en interés de la justicia", concluyó.
Por su parte, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, afirmó que "la envidia, la codicia, la lujuria y el odio" fueron los factores principales que "obviamente motivaron al señor Shkreli y a su socio a aumentar ilegalmente el precio de un medicamento que salva vidas mientras las vidas de los estadounidenses pendían de un hilo".
El medicamento cuyo monopolio provocó la demanda en contra de Shkreli es Daraprim (pirimetamina), el único fármaco aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE.UU. para el tratamiento de la toxoplasmosis, una enfermedad parasitaria que puede presentar consecuencias graves y, a menudo, potencialmente mortales para las personas con sistemas inmunitarios débiles, incluidos los recién nacidos de mujeres infectadas con la enfermedad y las personas con VIH.
En 2015 la compañía, con Kevin Mulleady y Shkreli a la cabeza, lo compró y de la noche a la mañana aumentó su precio en más de un 4.000 %, situándose este en 750 dólares por pastilla. Además, la farmacéutica alteró su distribución y trató de retrasar e impedir la competencia de genéricos para poder mantener su nuevo alto precio.
En 2020 la fiscal general neoyorquina y la Comisión Federal de Comercio presentaron una demanda contra Vyera Pharmaceuticals, Shkreli y Mulleady por violaciones antimonopolio que sofocaron la competencia y permitieron a los acusados proteger y mantener sus ganancias de monopolio.