Una de las cuatro prisioneras que años atrás fueron abusadas sexualmente por un transgénero que ingresó en una cárcel femenina del Reino Unido pese a no haberse sometido a ninguna cirugía de cambio de sexo ni tratamiento hormonal, concedió este domingo una entrevista a Daily Mail para hablar sobre el caso.
Cheryle Kempton es la primera víctima de Karen White, nacida como Stephen Wood, que se atrevió a brindar detalles sobre su traumática experiencia para intentar evitar que otras reclusas sufran un destino similar.
White/Wood, que actualmente tiene 56 años, fue enviado a las instalaciones de New Hall, que albergan a 360 mujeres, a pesar de ser un pedófilo acusado de infligir lesiones corporales graves, cometer violaciones múltiples y otros delitos sexuales contra mujeres. "Nunca se debe permitir que esto vuelva a suceder. Independientemente de lo que haya hecho una persona, la prisión debería ser un espacio seguro", sostuvo Kempton.
Cuando Wood fue condenado en 2016 a una pena de prisión, durante el juicio alegó sentirse mujer y comenzó a utilizar el nombre de Karen White. Aplicando las directrices del Gobierno y de varias organizaciones internacionales defensoras de derechos humanos que recomiendan internar a los presos en centros adecuados al género que expresan, las autoridades judiciales británicas aceptaron sus peticiones sin tomar en cuenta sus antecedentes criminales.
Sin embargo, Kempton aseguró estar convencida de que White fingió ser transgénero para aprovecharse de la normativa y acabar en una cárcel femenina con el fin de acosar a las reclusas. Según dijo, ninguna prisionera fue avisada de que White era en realidad un hombre que se identificaba como una mujer cuando llegó a las instalaciones en septiembre de 2017. "Karen White fingió ser transgénero para abusar de las mujeres y las autoridades le permitieron agredirnos y aprovecharse de nosotras", aseveró.
Ella recuerda que White destacaba por su gran estatura, el tipo de ropa y la peluca que llevaba, así como por su voz. "Todos estábamos un poco sorprendidas por lo grande que era", reveló, agregando que opina que en realidad "ella no quería encajar, era solo un disfraz, una actuación". "Tampoco hablaba como una mujer. Su voz era muy, muy profunda y de hombre. Alguien que quisiera ser mujer intentaría suavizar la voz, pero a ella no le importaba", señaló.
Los abusos
Al principio Kempton entabló una cierta amistad con White, pero las cosas dieron un giro inesperado cuando a los pocos días esta le exigió un acto sexual. "Solo dije: 'Pensé que eras una mujer', a lo que ella respondió: 'Sí, pero todavía tengo pene'", citó la entrevistada sus palabras. "Luego me dijo que funcionaría si no tomaba sus tabletas [de hormonas] durante seis semanas", agregó.
Según sus declaraciones, White le reveló que en realidad no se tomaba sus pastillas destinadas a reducir la testosterona y el deseo sexual y que las escondía entre la encía y el labio. Tras las revelaciones, el supuesto transgénero pasó a tocarle los pechos a Kempton, con el pretexto de comprobar si se había puesto implantes mamarios.
En aquel entonces, un funcionario de la cárcel aonsejó a Kempton que presentara una denuncia formal sobre los actos de White, pero ella se negó. "En ese momento realmente no pensé mucho en eso", explicó. "Pensé que estaba a salvo y ella solo estaba probando suerte. En ese momento no la miré y pensé: '¿Está aquí para aprovecharse de las mujeres?'", agregó.
No obstante, unos 15 días después entendió que tomó una decisión equivocada cuando White continuó con sus acosos e incluso llegó a obligarla a tocar su entrepierna. "Me agarró del brazo con mucha fuerza, sin decir una palabra", reveló en la entrevista, en la que cuenta que decidió presentar una queja formal al enterarse de que otras reclusas también sufrieron abusos sexuales por parte de White.
Finalmente, Stephen Wood, o Karen White, en noviembre de 2018 fue trasladado a la prisión masculina de Wakefield, considerada como la cárcel de alta seguridad más grande del país y apodada 'La mansión de los monstruos' por la gran cantidad de delincuentes y criminales sexuales de gran peligrosidad que alberga.
Asimismo, fue sentenciado a cadena perpetua en octubre del mismo año por esos y otros delitos sexuales. En ese entonces, fue calificado de "depredador" y "manipulador" por usar "su cambio de sexo para entrar en contacto con personas vulnerables".