Condenan a muerte en Pakistán a una musulmana por compartir supuestos mensajes blasfemos por WhatsApp y Facebook

La ley del país contempla la posibilidad de la pena capital para estos casos, aunque nunca se ha aplicado hasta ahora y los convictos pasan su vida en la cárcel.

Un tribunal local de Pakistán condenó a muerte a una mujer musulmana por compartir, supuestamente, contenidos blasfemos y caricaturas del profeta Mahoma a través de WhatsApp y Facebook.

Aneeqa Ateeq, de 26 años, fue declarada culpable y sentenciada a muerte por un tribunal de Rawalpindi este miércoles, después que se presentara una denuncia en su contra en virtud de las leyes de blasfemia y ciberdelincuencia de Pakistán. Además se le dictó una pena de prisión de 20 años y una multa de 851 dólares, según informó el medio AryNews.

Según el resumen de los cargos, Ateeq conoció a su acusador en una aplicación de juegos en línea en 2019, tras lo cual comenzaron a comunicarse por WhatsApp.

El denunciante, Hasnat Farooq, registró la denuncia el 13 de mayo de 2020 en Islamabad, acusándola de haber supuestamente enviado "contenido blasfemo contra el profeta Mahoma" en WhatsApp y usar su cuenta de Facebook para transmitir material blasfemo a otras cuentas.

Durante el juicio, Ateeq, que se declaró musulmana practicante, negó todos los cargos y acusó a Hansnat de provocar intencionalmente una discusión religiosa para poder reunir pruebas y "vengarse", después que ella se negara a entablar una relación amistosa con él.

El veredicto del Tribunal, que ordenó que la "cuelguen del cuello hasta que muera", fue emitido por el juez adicional de distrito y sesión de Rawalpindi, Adnan Mushtaq.

Pakistán es un Estado de mayoría musulmana, donde la blasfemia es un tema muy delicado. La ley del país contempla la posibilidad de la pena capital para estos casos, aunque nunca se ha aplicado hasta ahora y los convictos ​​pasan su vida en la cárcel.

Sin embargo, los juicios por blasfemia son muy peligrosos, ya que los vigilantes de prisiones suelen matar a los acusados ​​antes de que los tribunales emitan un veredicto sobre sus casos. El año pasado, en diciembre, un hombre de Sri Lanka, que trabajaba como obrero en una fábrica en el país, fue supuestamente asesinado a golpes y prendido en fuego por una multitud después de haber sido acusado de blasfemia.