En EE.UU., una madre identificada como Tammy Rodríguez demandó este jueves a las compañías tecnológicas Meta y Snap ante un Tribunal Federal de San Francisco (California, EE.UU.) por el suicidio de su hija Selena, de 11 años, que ocurrió el pasado mes de julio, alegando que fue víctima de los "efectos nocivos de las redes sociales", informan medios locales.
En la demanda, la mujer acusa a la red social Instagram —propiedad de Meta— y a la aplicación de mensajería Snapchat de hacer que la niña se volviera adicta a lo que describe como "productos de redes sociales peligrosos y problemáticos".
Asimismo, asegura que Selena se quitó la vida "después de luchar contra los efectos nocivos de las redes sociales", y argumentó que esas aplicaciones están diseñadas para "explotar la psicología humana" mediante el uso de algoritmos sofisticados e inteligencia artificial.
La historia de Selena
En su alegato, Rodríguez explica que la pequeña empezó en 2019 a utilizar las aplicaciones de redes sociales, a las que pronto se volvió adicta. Tanto así, que cuando alguien trataba de limitarle su uso, se escapaba para acceder a sus cuentas en otros dispositivos.
Una terapeuta que trató a su hija afirmó que "nunca había visto a un paciente tan adicto a las redes sociales" como ella. La madre detalló que la pandemia del covid-19 solo empeoró la situación, lo que provocó que la niña se deprimiera cada vez más y tuviera insomnio, hasta que finalmente se quitó la vida.
La parte litigante alega que los gigantes tecnológicos dueños de las redes sociales han gastado miles de millones de dólares para alentar el uso adictivo de sus plataformas, a pesar de tener los recursos para diseñar productos que sean seguros para los consumidores comunes, incluido los menores.
"Irrazonablemente peligroso"
Esas empresas ganan dinero vendiendo anuncios, y cuanto más tiempo pasa un usuario en la plataforma, más anuncios puede ver, explica la madre. En ese sentido, señala que los documentos internos de Meta se refieren a la reducción del tiempo que los menores pasan en la aplicación como una "amenaza existencial" para su negocio.
La demanda también acusa a Snap de alentar deliberadamente "comportamientos extremos y adictivos por parte de sus usuarios, en su mayoría adolescentes y adultos jóvenes". Además, señala que el Instagram en manos de niños "es irrazonablemente peligroso para el bienestar de las mentes en desarrollo de los usuarios menores de edad".
"Facebook, ahora Meta, no ha logrado proteger a los jóvenes en sus plataformas y, en cambio, optó por ignorar o, en algunos casos, duplicar las manipulaciones conocidas que representan una amenaza real para la salud física y mental: explotar a los niños con fines de lucro", declaró en un comunicado Maura Healey, fiscal general de Massachusetts.
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