Este 23 de enero, el parlamentario Jorge Cálix del partido Libertad y Refundación (Libre) fue elegido presidente del Congreso Nacional de Honduras en una sesión celebrada en Bosques de Zambrano.
Sin embargo, en las instalaciones del Congreso se desarrolló paralelamente otra sesión donde se juramentó a Luis Redondo, del Partido Salvador de Honduras (PSH), como presidente del Legislativo.
Redondo ha sido reconocido por la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro.
Por otro lado, varios seguidores de Castro salieron a protestar en las carreteras del municipio de Zambrano en contra de la juramentación de Jorge Cálix como presidente del legislativo en sesión paralela.
En las redes sociales, muchos ciudadanos expresaron su preocupación ante lo que está ocurriendo.
"Tenemos dos Congresos. Declaramos inaugurada la crisis constitucional de 2022", tuiteó el abogado Dennis Emilio Hércules, quien recomienda tener "mucho cuidado, pues la situación actual puede llevar al rompimiento del orden constitucional".
La polémica comenzó el 20 de enero, cuando la presidenta electa del país, Xiomara Castro, convocó a una reunión política para definir quién sería el candidato de la alianza izquierdista entre Libre y PSH para encabezar la junta directiva del Congreso, pero 20 diputados de Libre se ausentaron al encuentro. Para la mandataria electa, ese gesto constituyó una "traición" al proyecto político que lidera.
Los 20 diputados de Libre no estaban de acuerdo con que el candidato para presidir el Congreso no pertenezca a sus filas, sino que fuese Luis Redondo, del PSH.
El acuerdo en disputa
La razón de la postulación de Redondo obedece a un acuerdo político previo entre los partidos que apoyaron a Castro. Antes de las elecciones, las fórmulas pactaron que independientemente del número de curules que ganaran, la decisión sobre quién sería el titular del Congreso Nacional recaería en Salvador Nasralla, designado presidencial electo.
Nasralla optó por Redondo, perteneciente a su partido, pero la fracción disidente de Libre apostó por Jorge Cálix, parlamentario por el departamento de Francisco Morazán y quien ostenta el título del "diputado más votado de la historia".
Este viernes, la diputada disidente Beatriz Valle presentó la propuesta para la junta directiva provisional del Congreso, con Cálix como presidente, que habría contado con el respaldo de 21 parlamentarios de su partido, 44 del conservador Partido Nacional, 18 de Partido Liberal, uno del Partido Anticorrupción y otro de la Democracia Cristiana.
Cálix asumió la jefatura en medio de los gritos de "traidores" por parte de la bancada de Libre que apostaba por Redondo y los golpes entre parlamentarios, luego de la irrupción en el estrado del diputado Rasel Tomé. Entretanto, la mandataria electa de Honduras lanzó un contundente tuit: "Se consumó la traición".
Durante la misma jornada, la bancada mayoritaria de Libre emitió un comunicado para denunciar que la ausencia de los 20 diputados en la reunión con Castro constituía "el augurio de una traición contrarrevolucionaria al partido y al pueblo hondureño".
En el texto, reafirmaron el apoyo de la presidenta electa a Redondo, en consonancia con el acuerdo que fue signado por las fuerzas políticas que se opusieron a la llamada "narcodictadura" del presidente saliente, Juan Orlando Hernández.
En el mismo documento, Castro anunció que no asumiría el cargo ante "un presidente del Congreso surgido de la traición". Para la mandataria electa, el paso que han dado los 20 diputados disidentes marca un "punto de inflexión" para su futuro Gobierno y una "oportunidad" para que los hondureños juzguen las medidas que se tomarán "para que se respete su voluntad".
La reacción de la fracción disidente de Libre fue inmediata.
"No somos traidores, tenemos derecho a pensar diferente", declaró el diputado Edgardo Castro, quien aseguró que ese grupo mantiene su apoyo a la gestión de Castro.
En este contexto, el analista Granly Josué Jiménez subraya la necesidad del dialogo para evitar la violencia y la posible repetición del golpe de Estado del año 2009.