En medio de declaraciones de que Rusia prepara una intervención en Ucrania, EE.UU. y varios países occidentales realizan masivos envíos de armas, contribuyendo a la militarización del país.
La semana pasada, EE.UU. suministró a Kiev 170 toneladas de armas en dos lotes. Tras recibir el segundo cargamento el pasado domingo, el ministro de Defensa de Ucrania, Alexéi Réznikov, escribió en su cuenta de Twitter que "esto no es el final".
Se reporta que Kiev recibió en el marco de esta ayuda lanzagranadas manuales M141 Bunker Defeat Munition o SMAW-D, que pueden usarse para destruir fortificaciones, tanques y otros objetivos durante asaltos. Los reportes indican que los militares ucranianos obtuvieron también lanzamisiles antitanque Javelin, que son capaces de atacar no solo vehículos blindados, sino aparatos que vuelan a baja altura, como drones y helicópteros.
Los suministros seguirán en curso, en el marco del paquete de seguridad, por valor total de 200 millones de dólares, que el presidente de EE.UU., Joe Biden, aprobó el pasado diciembre.
La administración de Biden también notificó al Congreso estadounidense su intención de entregar a Kiev helicópteros Mi-17. Tan solo el año pasado Washington destinó 650 millones de dólares a la ayuda militar para Ucrania, y un total de 2.700 millones de dólares desde el 2014.
Reino Unido
Londres se convirtió en los últimos días en otra significativa fuente de armas para Kiev. De esta manera, las Fuerzas Armadas de Ucrania recibieron la semana pasada un lote de sistemas de armamento ligero antitanque del Reino Unido.
De acuerdo con reportes, se trata de los sistemas de misiles guiados antitanques NLAW, de producción sueca, con un alcance de entre 20 y 800 metros.
Según el ministro de las Fuerzas Armadas británico, James Heappey, se suministraron miles de misiles antitanque a Kiev "para la autodefensa".
Estados bálticos
Anteriormente, Washington permitió también que Lituania, Letonia y Estonia enviaran armas de fabricación estadounidense a Ucrania.
Los ministros de Defensa de los tres países bálticos emitieron poco después un comunicado conjunto en el que afirmaron que "es importante apoyar a Ucrania de todas las maneras posibles". Como parte de este apoyo, Estonia prometió enviar a Kiev misiles Javelin, mientras que Letonia y Lituania suministrarán misiles antiaéreos Stinger y equipos adyacentes para "reforzar las capacidades militares defensivas de Ucrania". El sistema Stinger está destinado a alcanzar objetivos que se encuentran a baja altura, pero también puede ser usado contra vehículos no blindados y objetivos sobre el agua.
Alemania y Suecia no quieren vender armas a Kiev
Mientras tanto, Alemania ha expresado su rechazo a suministrar armas letales a Ucrania y la portavoz adjunta del Gobierno germano, Christiane Hoffmann, destacó este lunes que la postura de Berlín no ha cambiado, recoge Der Tagesspiegel.
Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Ann Linde, también precisó que su país no planea enviar armas a Kiev.
Mientras tanto, el analista internacional Guillermo Rocafort no cree que la OTAN se extienda a Ucrania "porque está cada vez más presionada por la Federación Rusa". En su opinión, "Estados Unidos juega un papel bastante desestabilizador a la Unión Europea, realmente el que manda en la UE es EE.UU.", al tiempo que Europa "se está desangrando" por el tema de Ucrania.
- Las especulaciones sobre una posible invasión rusa en Ucrania se han intensificado en Occidente luego de que en noviembre varios medios publicaran supuestos planes del operativo.
- Por su parte, Rusia repetidamente tachó de falsas e infundadas las acusaciones que le atribuyen la preparación de una supuesta provocación en Ucrania. Así, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, indicó el pasado viernes que su país no ha amenazado nunca al pueblo ucraniano. "Me gustaría recordar una vez más a quienes analizan nuestra postura que Rusia no ha amenazado nunca, en ningún lugar, ni una sola vez al pueblo ucraniano", reiteró.
- Al mismo tiempo, Moscú ha expresado en múltiples ocasiones su preocupación por la militarización de Ucrania por parte de la OTAN y por el aumento de la presencia militar de la Alianza Atlántica en sus países fronterizos.