Un equipo de arqueólogos de Polonia y Rusia ha descubierto en Siberia los restos de una mujer escita que fue enterrada con un excepcional ornamento pectoral de oro y un espejo de bronce en un gran túmulo de unos 2.500 años de antigüedad, informa el portal Science in Poland, del Ministerio de Educación y Ciencia polaco.
En 2021, los investigadores de la Universidad Jagelónica de Cracovia hallaron dos tumbas en el yacimiento arqueológico de Chinge-Tey, ubicado en el valle de Touran-Uyuk (llamado también el 'Valle de los reyes de Siberia' por sus numerosos túmulos de gran tamaño con ricos objetos), en el norte de la república rusa de Tuvá.
Una de las tumbas, casi invisible a simple vista, fue detectada mediante escaneo láser aéreo en la parte central de un túmulo destruido y casi completamente aplanado, con un diámetro de unos 25 metros. La cámara funeraria de madera contenía los restos de una mujer de unos 50 años y de un niño de entre 2 y 3 años. Junto a los restos de la mujer, los científicos descubrieron adornos de oro, un cuchillo de hierro, un espejo de bronce y un peine de madera muy bien conservado y decorado con ornamentos grabados.
"Una pieza especialmente interesante era un ornamento pectoral de oro, una decoración colgada al cuello en forma de hoz o media luna", detalló el doctor Lukasz Oleszczak, subrayando que los objetos de este tipo, ya conocidos en montículos del sur de Siberia, se han encontrado hasta ahora casi exclusivamente en tumbas de hombres.
"Se consideraban símbolos de pertenencia a un grupo social, a una casta, tal vez a guerreros; en cualquier caso, a hombres. Su presencia en la tumba de una mujer es una desviación muy interesante de esta costumbre. Esto confirma sin duda el papel único de la difunta en la comunidad", agregó. Asimismo, explicó que el gran túmulo probablemente era de un príncipe nómada, y parece que, al igual que las demás personas enterradas ahí, la mujer pertenecía al entorno del príncipe.
Mientras, en otra tumba que se encontraba fuera del foso que rodeaba al túmulo, los arqueólogos hallaron el esqueleto de un adolescente, colocado en una pequeña fosa rodeada de piedras. "Los enterramientos de niños en el perímetro o justo fuera del foso que rodea el túmulo son una parte típica de los ritos funerarios de esta temprana cultura escita", señaló Oleszczak.
De acuerdo con los científicos, las tumbas datan del siglo VI a. C. y se remontan a la cultura Aldy-Bel, una cultura de la Edad del Hierro de los pueblos de origen escita que vivían en estas zonas.
A principios del periodo escita, el valle de Touran-Uyuk era uno de los centros rituales más importantes del mundo escita y siberiano. De allí, de las montañas del sur de Siberia, procedía el pueblo que dominó las estepas de Europa oriental. Los escitas eran conocidos por ser belicosos y sus logros fueron descritos, entre otros, por el famoso historiador griego Heródoto.
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