Stoltenberg responde a Rusia sobre las garantías de seguridad: la Alianza Atlántica no abandonará el principio de "puertas abiertas"

El secretario general anunció que la Alianza "ha entregado a Rusia las respuestas a sus propuestas de garantías de seguridad".

Este miércoles, poco después de que el embajador de EE.UU. en Rusia, John Sullivan, entregara al Ministerio de Asuntos Exteriores ruso las respuestas por escrito a las propuestas de garantías de seguridad, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha ofrecido una rueda de prensa acerca de esa materia.

En el inicio de la sesión informativa, el alto funcionario confirmó el hecho de la entrega y subrayó que el bloque espera una desescalada en Europa. Sin embargo, afirmó que la OTAN refuerza su presencia en el Báltico y el mar Negro.

Stoltenberg afirmó que:

Paralelamente, este miércoles las respuestas de la OTAN a las propuestas de Rusia sobre garantías de seguridad fueron comentadas por el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken.

Por su parte, el viceministro de Exteriores ruso, Alexánder Grushkó, confirmó a Interfax que Moscú ha recibido la respuesta por escrito escrita de la OTAN. La respuesta de la Alianza en materia de seguridad se ha entregado al embajador ruso en Bruselas, según la Cancillería rusa.

En opinión del analista internacional José Antonio Egido, "la Administración Biden está desarrollando una escenografía de fuerte tensión en contra de Rusia con diversos gestos que no son realmente acciones contundentes sino que son lo que suele hacer EE.UU. en el plano de la propaganda de la guerra psicológica". No obstante, es poco probable que Washington vaya a escalar la situación, dijo el experto.

¿Qué propone Rusia?

En diciembre, Rusia publicó los proyectos de dos acuerdos que pretende alcanzar con EE.UU. y la OTAN sobre garantías de seguridad en Europa. La iniciativa se produjo en medio de una escalada de tensiones en torno a Ucrania: Occidente acusa a Moscú de preparar una intervención en el país vecino, mientras que Rusia denuncia la militarización de Ucrania por parte la Organización del Tratado del Atlántico Norte y el refuerzo de la presencia militar de la Alianza en Europa del Este.

El pacto propuesto por Moscú a Washington consta de ocho artículos. El primero de ellos estipula que ambas partes deben actuar con base en los principios de seguridad indivisible y no provocar daños a la seguridad mutua; el segundo, que tanto Rusia como EE.UU. procuren que cualquier organización internacional, alianza militar o coalición en las que participe una de las partes respeten los principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas.

Otros puntos prevén excluir la expansión de la OTAN hacia el este, no admitir en esa alianza militar a Estados que fueron miembros de la URSS, no utilizar el territorio de otros Estados para atacar a la otra parte, no desplegar tropas y armamento en zonas donde esto sería percibido como una amenaza, no usar bombarderos pesados ni buques de guerra fuera del espacio aéreo y las aguas territoriales nacionales o internacionales, no desplegar misiles terrestres de alcance corto o medio fuera del territorio nacional o en áreas desde donde puedan alcanzar objetivos de la otra parte y, finalmente, no capacitar al personal militar ni a civiles de países no poseedores de armas nucleares en el uso de ellas.

La versión del acuerdo para la OTAN consta de nueve artículos y es parecido al documento propuesto a Washington. Asimismo, las autoridades rusas insisten en que la Alianza retire todas las tropas y todo el equipo militar que fueron desplegados en territorios de los países que se adhirieron a la organización después de 1997.