Las Fuerzas Armadas estadounidenses tratan de sacar a la superficie el caza F-35 que este lunes cayó en aguas del mar de la China Meridional, confirmó el jueves el portavoz del Pentágono, John Kirby.
"Ciertamente somos conscientes del valor de un F-35, en todos los aspectos de lo que significa valor. Y mientras continuamos intentando recuperar la aeronave, obviamente lo haremos teniendo en cuenta la seguridad, ante todo […], nuestros propios intereses de seguridad nacional", dijo el vocero al ser preguntado sobre el destino del avión, que cuenta con varias tecnologías secretas.
Varios expertos opinan que si alguna otra potencia —principalmente China— recuperara el innovador avión, la capacidad militar de EE.UU. se vería significativamente afectada. "Si [los chinos] pueden acceder a las capacidades de red del F-35, eso socava de manera efectiva toda la filosofía del portaviones", declaró a la BBC el consultor de Defensa estadounidense Abi Austen. Por su parte, el analista de Truman Project, Bryce Barros, también señala que los militares del gigante asiático "querrían ver partes reales del avión para comprender mejor cómo está diseñado y encontrar sus vulnerabilidades".
No obstante, el portavoz de la Cancillería China, Zhao Lijian, aseguró que Pekín no buscará la aeronave perdida. "No tenemos ningún interés en su avión. Instamos al país en cuestión a que haga cosas que conduzcan a la paz y la estabilidad regionales, en lugar de flexionar los músculos", aseveró, resaltando que "no es primera vez que Estados Unidos sufre un accidente en el mar de China Meridional", considerado por Pekín como sus aguas territoriales.
El F-35 en cuestión se hundió tras un "incidente de aterrizaje" en la cubierta del portaaviones estadounidense USS Carl Vinson. El piloto de la aeronave logró eyectarse de forma segura, pero otros siete marineros resultaron heridos.