Aumenta a 22 la cifra de muertos por el aluvión en Ecuador y aún hay personas desaparecidas
El número de muertos por el aluvión registrado el lunes en el sector La Gasca, en la parroquia Belisario Quevedo de Quito, Ecuador, aumentó a 22, informó el Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (SNGRE).
De acuerdo con el último reporte de la institución, emitido pasadas las 12:00 del mediodía de este martes, también hay 20 personas desaparecidas y 47 que resultaron heridas, dos de ellas en estado crítico.
⚠️ [Actualización] Asciende a 22 el número de personas fallecidas por aluvión en Quito. ➡️ 20 personas desaparecidas➡️ 47 personas heridas#GestiónDeRiesgosEc
— Riesgos Ecuador (@Riesgos_Ec) February 1, 2022
Según el SNGRE, este aluvión también provocó la destrucción de tres viviendas y tres familias quedaron damnificadas.
El desastre natural se produjo alrededor de las 18:00 horas del lunes, luego de varios días continuos de lluvia en la capital ecuatoriana.
¿Qué más tiene que pasar para que las autoridades trabajen en prevención? ¿Qué más tiene que pasar para que exista una ley de gestión de riesgos descentralizada? ¡Es una tragedia el aluvión en la Gasca! No podemos ir ante cada emergencia improvisando protocolos y medidas. pic.twitter.com/NG9npjMBuw
— Wilson Merino Rivadeneira (@WilsonMerinoR) February 1, 2022
El agua y el lodo arrastraron vehículos, árboles, motos, colectores de basura y otros objetos que encontraron a su paso en la avenida La Gasca y calles aledañas, cercanas al campus de la Universidad Central del Ecuador (UCE).
Las tareas de búsqueda y rescate, así como los trabajos de limpieza y remoción de escombros, continúan en la zona.
#Quito | Continúan los trabajos de limpieza y remoción de escombros. Así mismo, se realiza evaluación de daños y tareas de búsqueda y rescate por aluvión en La Gasca. Está activada la red de @Salud_Ec, existen 12 grupos de evaluación con apoyo interinstitucional. pic.twitter.com/26GYbCLBma
— Riesgos Ecuador (@Riesgos_Ec) February 1, 2022
Protestas previas en el sector
En la parroquia Belisario Quevedo se han registrado desde hace meses protestas de vecinos que se oponen a la construcción del Cenizario Urkupamba, un proyecto de cementerio con énfasis en la cremación, al que la actual administración municipal de Quito, del alcalde Santiago Guarderas, dio luz verde.
En sus protestas, los vecinos han advertido que este proyecto afectará el hábitat de la población de las faldas del volcán Pichincha, desde donde se originó el aluvión del lunes, con posibles deslaves a causa de la tala de árboles en el bosque del sector.
Este martes, luego del desastre, volvieron a tomar las calles de Quito para protestar en contra el proyecto del Cenizario Urkupamba.
🔴#ATENCIÓN | Ciudadanos afectados por el aluvión marchan en contra de la construcción del Cenizario Urkupamba. pic.twitter.com/7L32tJy2y2
— Radio Pichincha (@radio_pichincha) February 1, 2022
El gerente de Agua de Quito, Othón Zevallos, dijo que el proyecto del cenizario no guardaba relación con el evento ocurrido el lunes, tras asegurar que las autoridades cantonales y nacionales constataron que no existía deforestación en la zona.
Guarderas, por su parte, afirmó que se había comprobado la hipótesis que tenían sobre las causas del aluvión, luego de un sobrevuelo que realizaron sobre el lugar. "Este fenómeno tiene como consecuencia una acumulación de lluvias desde las 00:00 del 31 de enero hasta la hora en que se produjo el acontecimiento", manifestó.
Nos encontramos evaluando la situación del aluvión de #LaGasca, con las diferentes autoridades en el Puesto de Mando Unificado, para continuar tomando medidas y mitigar los daños en las zonas afectadas. pic.twitter.com/lUiMLRSZnd
— Santiago Guarderas (@santiguarderas) February 1, 2022
De acuerdo a su explicación, "al haber esta acumulación de lluvias, que llegaron a 75 litros por metro cuadrado, vino una sobresaturación del suelo en las laderas, lo cual generó un deslizamiento de las laderas al cauce y provocó este aluvión".
Por otra parte, destacó que el volumen de precipitaciones había superado la capacidad de las infraestructuras de captación y embalse de las aguas lluvias que bajan desde el volcán Pichincha.