Los científicos han llegado a la conclusión de que aún no tienen ni idea acerca de la forma corporal del megalodón (el mayor tiburón que jamás haya vivido en la Tierra), según se explica en un estudio publicado el domingo pasado por un equipo de investigadores de EE.UU.
Una nueva investigación, realizada por paleontólogos de la Universidad de California en Riverside, la Universidad DePaul y el Museo de Historia Natural Sternberg de la Universidad Estatal de Fort Hays (EE.UU.), muestra que los antiguos métodos de estudio y reconstrucción del megalodón son inexactos.
El equipo llevó a cabo un análisis geométrico bidimensional para determinar si ese enfoque (utilizado en los estudios anteriores) podía distinguir efectivamente las formas corporales de las especies modernas endotérmicas (de sangre caliente) con respecto a las de especies modernas ectotérmicas (de sangre fría) de tiburones Lamniformes, orden al que pertenece el 'Otodus megalodon'. Sin embargo, los resultados mostraron que no: la evaluación del tipo de cuerpo del megalodón, basándose en la opinión de que su sangre parcialmente caliente revela su forma, no es exacta.
"El estudio puede parecer un paso atrás en la ciencia, pero el misterio permanente hace que la paleontología, el estudio de la vida prehistórica, sea un campo científico emocionante y apasionante", dijo Kenshu Shimada, profesor de la Universidad DePaul (Chicago, EE.UU.) y coautor del estudio.
Según los científicos, la forma del cuerpo del megalodón sólo puede presumirse a partir del registro fósil moderno, en el que no hay medios científicos para apoyar o refutar firmemente la exactitud de las formas corporales estimadas en publicaciones anteriores. "Cualquier discusión significativa sobre la forma del cuerpo del O. megalodon requerirá el descubrimiento de al menos un esqueleto completo o casi completo de la especie", dijo otro coautor del estudio, Jake Wood.
El 'Otodus megalodon' es una especie extinta de tiburón que vivió desde el Mioceno medio hasta el Plioceno, hace aproximadamente entre 15 y 3,6 millones de años. Este depredador, que se alimentaba de ballenas y otros mamíferos marinos, probablemente alcanzaba una longitud no menor de 15 metros, según estudios anteriores.