Un equipo de investigadores describió en España una nueva especie de titanosaurio de unos 18 metros de largo que vivió en la zona de los actuales Pirineos durante el Cretáceo superior, hace entre 83 y 66 millones de años, cuando Europa era un extenso archipiélago formado por decenas de islas, anunció la Universidad Autónoma de Barcelona.
Los restos del 'Abditosaurus kuehnei', como fue bautizado la especie, fueron descubiertos en 1954 en la comarca catalana de Pallars Jussà durante una excavaciones realizadas en el yacimiento Orcau-1, de 70,5 millones de años de antigüedad. Sin embargo, el hallazgo fue olvidado por cerca de tres décadas, hasta que en 1986 se retomaran las investigaciones y se extrajeran algunos huesos más, pero estas volvieron a ser canceladas. Finalmente, las excavaciones se reanudaron en 2012, logrando recuperar el esqueleto más completo de este tipo de dinosaurio descubierto hasta la fecha en Europa.
Basados en la osamenta recuperada, entre la que destaca un fragmento semiarticulado del cuello formado por doce vértebras cervicales, los paleontólogos han estimado que este gigante herbívoro tenía un cuerpo robusto que medía en promedio unos 18 metros de largo y pesaba cerca de 14 toneladas, por lo que se le considera como la especie de dinosaurio más grande que habitó en la península ibérica y el sur de Francia.
Las dimensiones del dinosaurio causaron sorpresa entre los investigadores, ya que no es común encontrar animales de tal magnitud que se hayan desarrollado en ecosistemas isleños. "Los titanosaurios que solemos encontrar del Cretáceo superior en Europa tienden a ser pequeños o de tamaño medio como consecuencia de haber evolucionado en condiciones de insularidad", explicó Bernat Vila, coautor del estudio.
Los resultados de los análisis filogenéticos, publicados este lunes en Nature Ecology & Evolution, sugieren que el ejemplar recién descrito pertenece a un grupo de titanosaurios saltasaurinos procedente de Sudamérica y África. Según estiman los expertos, los ancestros de esta especie pudieron haber aprovechado un descenso en el nivel del mar para emigrar hasta el actual continente europeo, hipótesis que es respaldada por el hallazgo de otro tipo de evidencia material.
"Durante el Jurásico y el Cretáceo, Iberia fue el punto de conexión entre Eurasia, África y Norteamérica. Estudiar cómo se relaciona el 'Abditosaurus' con la fauna de estos continentes nos ayuda a entender cuándo estuvieron conectados y cuándo se aislaron", concluyó Miguel Moreno, coautor de la investigación.
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