Poco antes del levantamiento de las restricciones anticovid que Boris Johnson planea llevar a cabo en el Reino Unido, varios científicos británicos han manifestado su preocupación y han advertido que una futura variante del coronavirus podría ser mucho más peligrosa que ómicron, causando un número mucho mayor de muertes y casos con síntomas más graves.
Mark Woolhouse, epidemiólogo y profesor de la Universidad de Edimburgo, criticó la suposición generalizada de que las nuevas variantes del SARS-CoV-2 serán más leves en su impacto a medida que pase el tiempo.
"La variante ómicron no vino de la variante Delta. Provenía de una parte completamente diferente del árbol genealógico del virus. Y dado que no sabemos de qué parte del árbol genealógico del virus vendrá una nueva variante, no tenemos cómo saber qué tan patógena podría ser", subrayó Woolhouse citado por The Guardian. "Podría ser menos patógena, pero podría, con la misma facilidad, ser más patógena".
El enviado especial de la Organización Mundial de la Salud para el covid-19, David Nabarro, compartió las preocupaciones del especialista y agregó que las nuevas mutaciones tienen el potencial de "causar diferentes patrones de enfermedad, es decir, pueden resultar más letales o tener consecuencias a más largo plazo".
Múltiples expertos han instado a que Chris Whitty y Patrick Vallance, los asesores más importantes del Gobierno británico en materia de la pandemia, celebren una conferencia de prensa para revelar qué evidencia existe para respaldar la decisión de poner fin a todas las restricciones, incluido el requisito de aislarse después de dar positivo.
Por su parte, organizaciones benéficas y maestros han pedido que las autoridades ofrezcan una explicación pública de dicho plan, que entrará en vigor a partir del 24 de febrero, un mes antes de lo que se tenía previsto inicialmente.
"Un largo camino por recorrer"
Nabarro puntualizó que "sería prudente alentar a las personas a protegerse a sí mismas y a los demás de manera constante" y que un enfoque que no haga esto sería una apuesta con consecuencias potencialmente graves.
"No puedo ver ninguna ventaja en tal apuesta", concluyó el funcionario. "La pandemia tiene un largo camino por recorrer y, como ha sido el caso desde que comenzó, las personas y sus líderes influirán en su impacto a largo plazo a través de las acciones que tomen ahora".