El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, refrendó este lunes su pelea con el periodista Carlos Loret de Mola luego de la controversia que desató al revelar sus supuestos ingresos millonarios y acusar que le pagan para atacar al Gobierno.
"Golpeadores, mercenarios, vendidos, alquilados", "le paga la mafia del poder para atacarme", "no me voy a dejar", "no me voy a quedar cruzado de brazos", "es en legítima defensa", "son golpistas", fueron algunas de las definiciones del mandatario en su conferencia de prensa, y con las que mostró que no moderará su postura.
También anticipó que le pedirá al Instituto Nacional de la Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) que confirme el sueldo de Loret de Mola.
Una periodista le aclaró que esa no es tarea del organismo, ya que el periodista no es funcionario público. Sin embargo, López Obrador insistió en que exigirá la información porque los medios electrónicos en los que trabaja el conductor son concesiones que otorga el Estado.
"Debe de transparentarse todo. El que nada debe, nada teme. No sé por qué se alebrestaron, se incomodaron tanto, porque señalé aquí una información que me hicieron llegar sobre lo que gana Loret de Mola", señaló este lunes al volver a mostrar en una pantalla gigante el supuesto salario del periodista.
También celebró que se esté dando esta discusión de manera pública porque antes "los que saqueaban y robaban no perdían ni siquiera su respetabilidad, se hacían pasar por gente decente, gente de bien, incluso con ínfulas de superioridad, por eso sus actitudes clasistas, racistas, discriminatorias".
Debate
El enfrentamiento entre López Obrador y el conductor es añejo y permanente, pero subió de intensidad hace dos semanas cuando el portal que dirige Loret de Mola publicó que el hijo del presidente, José Ramón López Beltrán, había vivido en un par de mansiones en EE.UU. junto con su esposa Carolyn Adams.
Aunque el reportaje no revelaba ningún hecho concreto de corrupción, ya que el hijo del presidente no es funcionario público, sí provocó que López Obrador intensificara sus réplicas a la prensa opositora o crítica que primero incluyeron descalificaciones a la periodista Carmen Aristegui y, después, la publicación de los presuntos ingresos de Loret de Mola.
El viernes, López Obrador desató una fuerte e inédita polémica al usar su conferencia de prensa para afirmar que el periodista gana 1,7 millones de dólares anuales, aunque no reveló el origen de la información.
Mientras algunos simpatizantes oficialistas celebraron que el presidente "desenmascare" a Loret de Mola, otros advirtieron que cometió un abuso de poder ya que no denunció ningún delito y solo afirmó, sin demostrarlo, que el periodista lo critica porque recibe millonarios pagos para ello.
Además, aseguró que le pediría a la Secretaria de Hacienda que confirme el suelo de Loret de Mola, lo que viola la ley que protege los datos personales de los ciudadanos y sienta un peligroso precedente para los periodistas que quieran investigar al Gobierno, porque ahora se exponen a que el presidente revele cuánto ganan y, con base en eso, descalificar su trabajo.
Contrastes
La polémica se intensificó, también, porque López Obrador se enfrentó de nuevo con Loret de Mola justo el día en que se confirmó el asesinato de Heber López, el quinto periodista ejecutado en México en lo que va de 2022, y el 30 durante su Gobierno.
Ambos periodistas representan las dos facetas extremas del oficio en México, en donde hay un escaso número de comunicadores mediáticos, famosos y multimillonarios (la mayoría opositores a López Obrador) que nunca están en riesgo, ya que cuentan con protección económica, mediática y judicial, y que se mueven con amplios equipos de guardaespaldas.
Por otro lado, están los reporteros que ganan sueldos mínimos y que, sobre todo en los estados, aun así arriesgan su vida al investigar corrupción y crimen organizado, y que están desprotegidos por completo por parte de las empresas periodísticas para las que trabajan.
Al revelar los supuestos ingresos de Loret de Mola, López Obrador le ayudó a victimizarse a pesar de que es uno de los comunicadores más privilegiados del país y, también, uno de los más desprestigiados en el propio gremio.
Por eso, el caso derivo durante el fin de semana en una polarizante guerra de 'hashtags' entre quienes se posicionaron con el lema "todos somos Loret" y los que respondieron con "todos somos López Obrador".