La puesta en marcha lo antes posible del gasoducto Nord Stream 2 es capaz de "contribuir a la estabilización hoy en día del mercado de gas europeo", indicó el viceprimer ministro de Rusia, Alexandr Novak, en un artículo publicado en la revista Energuetícheskaya Polítika este miércoles.
El autor recogió la opinión de expertos que desaconsejan a las compañías europeas apostar por el gas natural licuado, porque este "no podrá sustituir los suministros de gas ruso" e incluso un reemplazo parcial podría generar una nueva oleada de crisis de este combustible en Asia.
Además, el viceprimer ministro advirtió que "el rechazo artificial a los recursos de energía tradicionales que tratan de imponer hoy algunos países llevaría inminentemente a unas crisis energéticas y económicas y, posiblemente, políticas aún mayores que la actual".
Entre las causas de los problemas en el sector de energía en distintos países, Novak destacó el intento de restringir la financiación de los proyectos relacionados con las fuentes de energía tradicionales y la subsiguiente reducción de las capacidades productivas.
En Europa, este efecto fue agravado por los requerimientos del tercer paquete energético de la Unión Europea, adoptado en el 2009. En un intento de comenzar un tránsito paulatino hacia las energías renovables, se apostó por el gas licuado de fabricación estadounidense, mientras que la coyuntura en el mercado asiático reorientó los suministros de este producto hacia Asia. A su vez, en China, cuyo mercado influye mucho en el europeo, la crisis de energía fue propiciada inicialmente por el déficit de carbón.
Así fue que los precios del gas se dispararon el año pasado en Europa, llegando a multiplicarse por diez, según explica Alexandr Novak en su artículo.