Moscú: Medios occidentales hicieron todo lo posible para que hubiera una guerra entre Rusia y Ucrania, pero eso no se hizo realidad

Pese a todas las diferencias, tanto Moscú como Kiev denunciaron las desinformaciones, acentuó la portavoz de la Cancillería rusa.

Las desinformaciones sobre la inminente invasión rusa a Ucrania no han llevado a la guerra y han sido refutadas por ambos países al respecto, pero esto no ha detenido los esfuerzos de los responsables de medios y políticos occidentales, afirmó la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.

"Desgraciadamente para The Washington Post, The New York Times, Bloomberg, The Daily Mirror, Bild y otros, la guerra no se ha producido en los últimos días. Pero no se desaniman y siguen esperando con una perseverancia digna de mejor uso", dijo la vocera en rueda de prensa.

Como ejemplo, Zajárova citó informes mediáticos de que la CNN obligó a sus corresponsales y camarógrafos a trabajar toda la noche pasada para filmar la "invasión de tanques rusos", mientras que Reuters emitió una transmisión en directo, al parecer con la esperanza de que ocurriera algo malo.

"Curiosamente, incluso la retirada de varias unidades del Ejército ruso a sus lugares de despliegue permanente tras el final de los ejercicios fue presentada como una maniobra astuta para desviar la atención de una futura invasión", señaló.

La vocera subrayó que probablemente por primera vez en la historia de la humanidad no solamente el llamado "agresor", representado por Rusia, sino también la presunta "víctima" han estado refutando las desinformaciones difundidas por medios occidentales.

"Nos declararon países prácticamente beligerantes, al borde de una gran guerra europea. Y nosotros, dos países que, por decirlo suavemente, no nos encontramos en el mejor momento de nuestras relaciones bilaterales, lo hemos refutado casi simétricamente", recalcó la funcionaria.

Zajárova mencionó las reiteradas declaraciones de los altos dirigentes de Ucrania que desmentían la posibilidad de incursión rusa, para señalar que a la élite del país vecino la "escuchan y oyen solo cuando es ventajoso para Occidente" y "bajan el volumen" de lo que se dice en Kiev cuando lo que se declara allí "no encaja con los planes de Downing Street y de la Casa Blanca".