Las milicias del este de Ucrania denuncian la escalada de tensiones en la línea de contacto con las fuerzas de Kiev
Fuertes bombardeos han sido reportados en la zona de conflicto de la región ucraniana oriental de Donbass, mientras las fuerzas gubernamentales y las autodefensas de las dos repúblicas autoproclamadas se acusan mutuamente de agresión.
Los líderes de las Repúblicas Populares de Donetsk y de Lugansk denunciaron el jueves que las tropas gubernamentales habían atacado las periferias de su territorio. Según los informes, militares controlados por Kiev dispararon contra varios pueblos y aldeas con morteros, lanzagranadas y fusiles.
"El régimen de silencio [alto al fuego] en la línea de contacto se he hecho pedazos", constató un portavoz de la República Popular de Lugansk, Rodión Miróshnik.
Posteriormente, las Fuerzas Armadas de Ucrania informaron de que un pueblo situado cerca de la República Popular de Lugansk ha sido atacado, y las fotografías que circulan por Internet muestran un jardín de infancia alcanzado por un proyectil en el lado controlado por las fuerzas gubernamentales. Las autoridades declararon que dos civiles han resultado heridos, que una escuela ha sido afectada y que la mitad de la zona se ha quedado sin electricidad. Los residentes han sido evacuados, según sus reportes.
Kiev ha estado sumido en un conflicto con los dos territorios desde 2014, cuando dichas regiones se proclamaron independientes tras el golpe de Estado en el país.
Tras la violencia desatada por la ofensiva lanzada por Kiev para recuperar el control sobre Donbass, el conflicto se encontraba en una fase pasiva gracias a esfuerzos internacionales, que no obstante, no facilitaron una resolución.
Las autoridades ucranianas y países occidentales han acusado a Rusia de apoyar a los rebeldes y fomentar el conflicto.
Moscú niega ser parte de la guerra civil y no reconoce oficialmente a las colindantes repúblicas separatistas rusohablantes, pero condena los esfuerzos de Kiev de resolver el conflicto con fuerza.
En las semanas previas a la última escalada del conflicto, diversos países de Occidente suministraron armas e instructores a las Fuerzas Armadas de Ucrania, que posicionaron como ayuda a la nación contra la "inminente" invasión rusa, tal y como ha estado asegurando la propaganda mediática occidental.