Identifican una nueva especie de dinosaurio en Portugal que tenía dientes en constante renovación
Iberospinus natarioi, una nueva especie de dinosaurio descubierta en Portugal en 1999, pero identificada hace poco, reemplazaba constantemente sus dientes rotos por unos nuevos, informa New Scientist.
El dinosaurio depredador de ocho metros de largo, probablemente vadeaba el agua, esperando emboscar a los peces y a otras presas acuáticas con sus mandíbulas, similares a las de un cocodrilo, y sus dientes aserrados.
Los fósiles del Iberospinus natarioi fueron desenterrados durante dos expediciones con 21 años de diferencia. Actualmente, constituye uno de los especímenes de espinosáuridos más completos del mundo, según Dario Estraviz-López de la Universidad Nova de Lisboa en Portugal, uno de los autores del estudio publicado el 16 de febrero en la revista científica Plos One.
En 1999, el paleontólogo Carlos Natario encontró estos fósiles que, según estudios iniciales, se trataba de un dinosaurio ya conocido llamado Baryonyx walkeri. Sin embargo, un nuevo análisis, llevado a cabo por otro equipo de científicos en 2019, advirtió que el borde de la mandíbula inferior parecía demasiado plano para un Baryonyx.
Newly identified dinosaur had teeth that were constantly replaced - New Scientist https://t.co/I2FROiwIYb
— Dinosaur News (@Mydinosaurnews) February 16, 2022
Inspirados por estas observaciones, Estraviz-López y su colega Octávio Mateus, del Museo de Lourinhã en Portugal, decidieron volver a examinar los restos. Su tarea no fue fácil al encontrar huesos fósiles adicionales, pertenecientes al espinosáurido, hallados en 2020 en el mismo sitio.
Los científicos escanearon dientes y varios huesos, incluidas partes de una mandíbula, un omóplato, un fémur, un hueso del pie, un hueso púbico y varias vértebras, principalmente de la cola.
Así, el equipo determinó que los fósiles no coinciden con las descripciones y medidas de ningún espinosáurido conocido anteriormente. La mandíbula inferior más plana le dio una apariencia similar a la de un cocodrilo, y la mandíbula tenía surcos característicos del complejo sistema de nervios del depredador. Probablemente, los nervios ayudaron al dinosaurio a sentir sus presas con mayor eficacia.
"Algunos alvéolos tenían dos dientes de reemplazo [en desarrollo, junto al que está en uso]", indicó Estraviz-López. "Esto significa que estaban reemplazando los dientes muy, muy rápido", concluyó.