Un equipo de RT tuvo acceso a la planta de la empresa Avangard en Moscú, donde se producen los misiles para los sistemas antiaéreos rusos S-400, uno de los más sofisticados del mundo, capaces de alcanzar blancos a cientos de kilómetros.
La planta cuenta con varios talleres, y algunos de ellos son secretos. El nombre de la empresa, Avangard, se traduce al español como 'Vanguardia', y es que allí realmente están a la vanguardia, en lo que se refiere al proceso de fabricación. Durante los últimos años han modernizado su equipamiento y contratado a numerosos especialistas jóvenes. Además, cuentan con un centro de ingeniería para elaborar productos de alta tecnología no con fines militares, sino civiles.
En el taller donde se da forma al 'sistema nervioso' de los misiles S-400 trabajan en su mayoría mujeres. Al realizar una gran cantidad de pruebas, los especialistas se dieron cuenta de que la tarea de tejer los cables electrónicos la realizan mejor las mujeres. Ningún robot por el momento ha logrado hacerlo de manera tan precisa y rápida.
El importante rol de las mujeres
"Un 60 % de los empleados de mi departamento son mujeres. Es así porque las manos femeninas son más finas y este trabajo se compara con la de un joyero", comentó la jefa del taller de electromontaje, Elena Kulakova.
En la época soviética, era impensable que un periodista entrase a la sala donde se lleva a cabo el montaje final de los misiles. Incluso se dice que no existen registros fotográficos de este tipo de taller hechos en aquel período. En el 2022 hay menos secretismo. Y ahora se puede observar el proceso clave de la fabricación de los misiles y ver lo sofisticada que es esta industria.
Se trata de tecnologías únicas que permiten crear un armamento codiciado por varias potencias. Rusia tiene contratos multimillonarios para el suministro de los sistemas S-400 con Turquía, China y la India. La demanda se explica por su capacidad de destruir todo tipo de objetivos ubicados a una distancia máxima de casi 400 kilómetros.
Decenas de miles de trabajadores
"Nosotros somos la principal empresa que produce este tipo de misiles. Para crear un misil, trabajan 50.000 personas. Vuela unos 20 segundos, pero para llegar a fabricarlo hacen falta 20 meses", explicó Denís Popkov, director general de Avangard.
Este año la fábrica Avangard celebra su 80.º aniversario. Su larga trayectoria se refleja en la exposición de su propio museo. Entre las piezas que allí se exponen, se encuentran fragmentos de un avión-espía estadounidense U-2, que fue derribado en plena Guerra Fría por un misil hecho en esta planta.
Hoy en día, los eventuales blancos de los misiles para los sistemas de defensa antiaérea son mucho más complejos. Esto significa que en esta planta el proceso de perfeccionamiento de su producto es incesante. Y solo así se puede crear una maquinaria imprescindible para proteger las fronteras de una manera más eficaz.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!