Los hipopótamos que pertenecieron al narcotraficante colombiano Pablo Escobar serán declarados como especie exótica invasora, y la norma será firmada en las próximas semanas, señaló el ministro de Ambiente de Colombia, Carlos Eduardo Correa, a AP.
Luego de la declaración, el Gobierno creará con expertos un plan de control de la especie en el territorio colombiano que actualmente suma unos 130 ejemplares y que, según las proyecciones, pueden llegar a 400 dentro de ocho años si no se controla su reproducción.
"Se habla de muchas acciones que se pueden hacer, pero sería irresponsable adelantarnos a cuál va a ser ese plan de manejo. Se habla de castración, esterilización, de quitarles la vida" a algunos ejemplares, detalló el ministro. "Aquí lo importante es el rigor técnico y científico con que se toman estas decisiones", agregó, asegurando que las comunidades de la zona serán consultadas en la creación del plan de control.
Son "muy fáciles de domesticar"
La decisión de incluir a esos animales en la lista de especies invasoras es rechazada por una parte de los pobladores del municipio de Puerto Triunfo, al norte de Bogotá, donde se encuentra la Hacienda Nápoles que perteneció a Escobar y que atrae a cientos de turistas luego de que el capo fuera abatido por la Policía en 1993. Algunas personas dicen estar habituadas a la presencia de los hipopótamos, se oponen a la esterilización y sacrificio, por lo que advirtieron estar dispuestas a protestar en caso de que se ordene su exterminio.
"Desde la distancia sacan leyes. Nosotros vivimos con los hipopótamos acá y nunca hemos pensado en matarlos. Los hipopótamos ya no son africanos, son colombianos", defendió la conservacionista Isabel Romero Jerez. En África esos animales representan un gran peligro para los humanos, pero en Colombia se han registrado solo algunos heridos. Además, algunos residentes de Puerto Triunfo relatan que los hipopótamos son "dóciles" y "muy fáciles de domesticar".
Por su parte, los científicos advierten que esos animales no tienen un depredador natural en Colombia y son un problema potencial para la biodiversidad, ya que con sus heces cambian la composición de los ríos y podrían impactar el hábitat de manatíes y capibaras. Un análisis incluido en los argumentos del Ministerio de Ambiente concluyó que en un escenario de cambio climático y "un incremento en las condiciones ecuatoriales, clima idóneo para la especie, aumentaría su dispersión en el país y un potencial de solapamiento de nicho geográfico y ecológico con especies nativas, aumentando el riesgo de posibles competencias por recursos".
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