El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, mantuvo una conversación telefónica este jueves con su homólogo chino, Wang Yi.
Los altos funcionarios hablaron sobre la situación actual en el este de Ucrania en el contexto del reconocimiento por parte de Rusia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y sobre la decisión del presidente Vladímir Putin, en respuesta a un llamamiento de los dirigentes de estas repúblicas, de lanzar una operación militar especial con el fin de proteger a la población.
Los ministros compartieron la opinión de que la crisis actual está causada por la negativa de Kiev de aplicar el "paquete de medidas" de Minsk aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU, rechazo que fue fomentado por EE.UU. y sus aliados.
Finalmente, ambos funcionarios insistieron en la necesidad de que todos los países respeten el principio de indivisibilidad de la seguridad.
Durante un mensaje especial a los ciudadanos rusos, Putin anunció que el objetivo del operativo es "proteger a las personas que han sido objeto de abusos y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años". "Para ello, nos esforzaremos por desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Y también para llevar ante la justicia a quienes han cometido numerosos y sangrientos crímenes contra la población civil, incluidos los ciudadanos de la Federación de Rusia", agregó.
El mandatario subrayó que las circunstancias exigen que Moscú actúe "con firmeza y de inmediato" y señaló que "las Repúblicas Populares de Donbass han solicitado la ayuda de Rusia". Asimismo, subrayó que los planes de Rusia "no incluyen la ocupación de territorios ucranianos, no vamos a imponer nada a nadie por la fuerza".