Uno de los objetivos declarados de la operación militar de Rusia en Ucrania fue la desnazificación. El nacionalismo extremista tiene un largo historial en territorio ucraniano y cobró especial fuerza tras el golpe de Estado del 2014. Desde entonces, se ha estado desarrollando un culto a Stepán Bandera, líder ultranacionalista con una historia sangrienta, que colaboró con las tropas hitlerianas durante la Segunda Guerra Mundial.
Bandera fue responsable de numerosos ataques terroristas perpetrados en Ucrania, Polonia, Rumanía y otros países, actos que Kiev no ha condenado. Desde 1943, la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) realizó matanzas de polacos en Volinia y en el este de Galitzia, causando la muerte de hasta 100.000 civiles, aunque en ese momento Bandera se encontraba en un campo de concentración alemán y no estaba directamente a cargo de la organización.
Miembros de la OUN también estuvieron implicados en asesinatos de judíos en esos territorios. En 1944, con Alemania retrocediendo rápidamente en la guerra y ante el avance de los Aliados, Bandera fue puesto en libertad con la esperanza de que luchara contra las fuerzas soviéticas que avanzaban. Bandera estableció su sede en Berlín y recibió ayuda financiera y material alemán, además de personal de apoyo para su Ejército Insurgente Ucraniano (prohibido en Rusia).
Nazismo en el Ejército ucraniano
En la actualidad, en Ucrania existe una glorificación del nazismo y en la Guardia Nacional ucraniana su personal realiza desde el 2018 un polémico saludo neonazi. Además, el Ejército ucraniano cuenta con el batallón Azov, que concentra a neonazis. Originalmente, ese regimiento fue formado por voluntarios afines con políticas de extrema derecha.
Ese batallón ha participado activamente en las hostilidades en la región de Donbass, y en Rusia se abrió un caso penal contra esos ultranacionlistas por secuestro, tortura y uso de medios y métodos prohibidos de guerra.
Asimismo, en las redes sociales se han difundido públicamente declaraciones xenófobas como las del cantante ucraniano Skripka, quien comentó en Twitter que "las personas que no pueden aprender ucraniano tienen un coeficiente intelectual bajo", por lo que es necesario "separarlos" y "crear un gueto para ellos", ya que "son socialmente peligrosos".
"Tendencia en Europa del enaltecimiento de nazis"
En diciembre del año pasado, el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, otorgó el título de Héroe Nacional de Ucrania con la Orden de la Estrella Dorada a Dmytro Kotsyubail, líder nazi del paramilitar Sector Derecho, artífice de la masacre de Odessa en mayo de 2014.
Incluso la UEFA ordenó el pasado mes de junio a la selección de Ucrania que eliminara de su uniforme de la Eurocopa 2020 un controvertido lema de los nacionalistas ucranianos.
El sociólogo Franco Vielma opina que Stepán Bandera es un "referente histórico y simbólico" en Ucrania. "Lamentablemente, hay una tendencia en Europa en los últimos años con el enaltecimiento de nazis, ideologías y referentes políticos nazis", critica Vielma. La glorificación de Bandera debería ser una "señal de alarma muy importante", pero "no se le presta atención, dado las circunstancias y vínculos" entre algunos líderes europeos y figuras del nazismo, afirma.