La sociedad estadounidense Berkshire Hathaway publicó recientemente su carta anual a los accionistas, en la que promociona un sector que el director ejecutivo de la empresa, Warren Buffett, considera prometedor, y en este caso se trató del ferroviario.
En el informe, Buffett califica la propiedad de su empresa Ferrocarril Burlington Northern & Santa Fe (BNSF) como uno de sus "cuatro gigantes" con un futuro esperanzador por delante, a pesar de tratarse de un negocio cuyas raíces datan del año 1848.
"BNSF continúa siendo la arteria número uno del comercio estadounidense, lo que lo convierte en un activo indispensable, tanto para Estados Unidos como para Berkshire", señala Buffet en la carta, agregando que "si los muchos productos esenciales que transporta BNSF fueran transportados en camiones, las emisiones de carbono de Estados Unidos se dispararían".
Buffett espera que las ganancias récord de 6.000 millones de dólares reportadas en 2021 por BNSF Railway sigan creciendo durante muchos años.
Sin embargo, la empresa estadounidense de gestión de activos Ark Invest, fundada por la también inversora estadounidense Cathie Wood ve el negocio ferroviario de una manera muy diferente. En su nuevo 'Reporte de malas ideas', Ark considera que apostar por este sector es una "mala idea" que los inversores deberían evitar, ya que está a punto de sufrir una "interrupción".
Dicha "interrupción", según Wood, será impulsada por la adopción generalizada de camiones eléctricos autónomos que "competirán de manera rentable con el tren de carga y ofrecerán un servicio mejor y más conveniente".
En el informe se subraya que la conveniencia potencial y la rentabilidad de los camiones eléctricos autónomos deberían revertir las ganancias de participación de mercado y los precios que las compañías ferroviarias eléctricas han obtenido de los camioneros desde principios de la década de 2000, lo que llevaría a la destrucción de un valor potencial de 400.000 millones de dólares en activos fijos para el sector ferroviario.
"La combinación de tecnología eléctrica y autónoma aumentará la productividad y reducirá drásticamente los costos del transporte por carretera, rebajando los precios del ferrocarril con la ayuda de menos electricidad y mantenimiento", se puntualiza en el reporte.
Dicha reducción del costo del transporte por carretera sería de un 75 %.
"ARK se pregunta qué operadores ferroviarios de carga sobrevivirán, si es que lo hace alguno", reza informe, concluyendo que la transición del ferrocarril a los camiones autónomos ocurrirá en los próximos 4-9 años.