El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, ha afirmado este miércoles que la crisis energética actual, marcada por el alza de los precios, es comparable "al 'shock' petrolero de 1973", cuando los países árabes redujeron drásticamente los suministros a los Estados occidentales.
"No es exagerado decir que esta crisis energética, este 'shock' energético de 2022, es comparable en intensidad, en brutalidad, al 'shock' petrolero de 1973", declaró el ministro durante un discurso de inauguración de una conferencia sobre autonomía energética y transición ecológica.
Le Maire enfatizó que "no debemos repetir los errores de 1973 en 2022" para no volver a sufrir un episodio de "estanflación", una situación en la que se registra una desaceleración del crecimiento económico combinada con una alta inflación. De acuerdo a sus palabras, la mejor respuesta para hacer frente a la crisis actual es trabajar por la independencia energética de Francia y la Unión Europea.
"Hay que inventar otro modelo de respuesta a esta crisis energética y ese modelo se puede resumir en una palabra […] la independencia […] energética total de Francia y de la Unión Europea", aseveró el ministro en sus declaraciones.
En paralelo, Le Maire señaló que el plan masivo de ayudas públicas que funcionó durante la crisis desencadenada por la pandemia no sería apto en este caso y "solo alimentaría el aumento de los precios".
"Sería como echar gasolina al fuego", aseguró. "En 1973, esta respuesta provocó el 'shock' inflacionario que llevó a los bancos centrales a elevar masivamente las tasas, lo que acabó con el crecimiento", declaró, reiterando: "Eso tiene un nombre, estanflación, eso es precisamente lo que no queremos volver a experimentar en 2022".
Al subrayar que "la buena respuesta que conocemos es la independencia total", Le Maire indicó que la congelación del precio del gas en su país a lo largo de todo el año costará "al menos" 10.000 millones de euros, mientras que el coste total del apoyo a la energía llegará a ser por lo menos de 20.000 millones de euros. Sin embargo, el ministro enfatizó que "el Estado no puede ser el asegurador de última instancia del incremento de todos los precios de la energía".