El juicio contra el estadounidense Lawrence Ray, supuesto líder de un culto sexual a través del que sometió y extorsionó a varios compañeros de estudio de su hija, comenzó este martes 8 de marzo en la Corte Federal de Manhattan, en Nueva York. En total, enfrenta 17 cargos que incluyen extorsión, tráfico sexual y conspiración, por lo que, de ser encontrado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua.
Ray, de 62 años, empezó a ser investigado en 2019 y al año siguiente la Policía lo detuvo en casa de Nueva Jersey.
Su vínculo con los estudiantes se había iniciado en 2010, cuando se mudó a la habitación de su hija en el campus del Sarah Lawrence College, en Yonkers (Nueva York), días después de haber dejado la cárcel tras cumplir una condena por estafa económica.
Allí se contactó con los compañeros de su hija, a los que atrajo con historias sobre su vida y los hacía participar de supuestas sesiones de terapia para manipularlos. Poco después, convenció a cinco de los estudiantes de mudarse con él a un apartamento de una habitación, donde el abuso, además de psicológico, pasó a ser físico.
Según se indicó, en los diez años siguientes los habría extorsionado tras acusarlos de haberlo envenenado y de haber dañado sus pertenencias. Los fiscales también señalaron que para cumplir su plan recibió ayuda de Isabella Pollok, exestudiante del Sarah Lawrence College, que será juzgada en otro proceso. Juntos filmaron a los alumnos mientras mantenían relaciones sexuales y hacían falsas confesiones en las que aceptaban su intención de envenenar al hombre. Ese material fue luego utilizado para las extorsiones.
Además, según los investigadores, Ray forzó a una estudiante identificada como 'víctima femenina-1' a ejercer la prostitución, lo que le reportó al acusado millones de dólares, aunque no se reveló cómo pudo obtener una ganancia tan grande. Los cargos contra el hombre también incluyen un ataque cometido en la habitación de un hotel en 2018, donde sostuvo una bolsa de plástico en la cabeza de la joven "interfiriendo en su capacidad para respirar".
Antes del comienzo del juicio, los fiscales pidieron al juez que algunas pruebas que documentan "circunstancias sexualmente explícitas, violentas o degradantes" sean presentadas bajo sello, ya que incluyen "fotografías explícitas, mensajes de texto con fotografías sexualmente explícitas y fotografías de desnudos".
Los fiscales aseguraron que el padre de Ray apoyó a su hijo intimidando a los testigos del caso. "Tengo 82 años. No me importa que me puedan dar de 15 a 20 años", afirmó.