Las autoridades de China decidieron este domingo confinar la ciudad de Shenzhen, en la que viven casi 12 millones personas, debido al aumento de los casos del covid-19, informan medios locales. Se han reportado de 66 casos de infección, seis de los cuales son portadores asintomáticos.
En virtud de las restricciones impuestas, todos los residentes de la ciudad deben someterse ahora a pruebas de detección. Además, las organizaciones comerciales, excepto las que suministran alimentos, combustible y productos básicos, deben suspender su funcionamiento o trabajar en forma remota.