La vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, denunció este lunes que la apedreada contra su oficina en el Congreso, ocurrida el pasado jueves en el marco del debate por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), fue "planificada" por alguien que la "mandó a ejecutar".
La presidenta de la Cámara de Senadores publicó un video en sus redes sociales en donde se observa todo el movimiento del grupo responsable del ataque, cuyos rostros están cubiertos, acompañados por una mujer sin cubrebocas que los arenga.
Las imágenes fueron tomadas por cámaras de la Policía Federal, ubicadas frente al edificio del Congreso. Además de las piedras, arrojaron bombas de pintura para marcar la ventana del despacho de Cristina Fernández, y a partir de ese momento todas las piedras fueron lanzadas hacia ese único lugar.
"El video que vas a ver te muestra en tiempo real, desde el exterior y desde adentro [en este último caso recién a partir de los 12 minutos de haber comenzado la pedrada], el ataque contra la Vicepresidenta de la República Argentina que alguien planificó y mandó a ejecutar. Grave", escribió la exmandataria.
A los 20 minutos de iniciados los destrozos, los efectivos policiales intervienen y avanzan, cubiertos por escudos, hacia el Congreso por una calle lateral.
Los hechos ocurrieron mientras la Cámara de Diputados votaba la ley sobre la refinanciación de la deuda con el FMI, que finalmente fue aprobada y será tratada en el Senado. Al mismo tiempo, en las calles se desarrollaban manifestaciones que luego se tornaron violentas.
Al otro día, Cristina Fernández publicó un video de los destrozos, con un mensaje en el que ya señalaba "intencionalidad".
"Paradójicamente, fue mi despacho el que atacaron. El despacho de quien hizo frente a los Fondos Buitre", sostuvo, haciendo alusión a los bonistas que tomaron deuda argentina para después exigir pagos mayores en tribunales de Nueva York. Además, la expresidenta remarcó que bajo sus dos mandatos mantuvo "fuera del país al Fondo Monetario Internacional".
Argentina debe afrontar una deuda histórica de 44.500 millones de dólares contraída durante el gobierno de Mauricio Macri, cuyo incumplimiento llevaría al país a una cesación de pagos o 'default'. Para evitar ello, la gestión del presidente Alberto Fernández solicitó una renegociación y postergación de los plazos de pago, desde 2026 hasta 2036.
El nuevo programa incluye revisiones de los índices económicos de parte del propio organismo, y es rechazado incluso por parte de las bancadas del oficialista Frente de Todos en el Parlamento.