El presidente de Argentina, Alberto Fernández, anunció este viernes que creará un "fondo de estabilización" con el que pretende combatir la inflación en el país, que superó en febrero el 52,3 % interanual.
En un mensaje grabado, el mandatario se refirió a la guerra entre Rusia y Ucrania y el efecto que causa en los precios de los alimentos a nivel mundial. "Esto claramente nos afecta y se suma a los muchos problemas que ya tenemos y que ya todos conocemos", manifestó Fernández.
En ese sentido, indicó que el aumento del valor del trigo "haría que aumenten los costos de producción del pan, de los fideos, de la harina que millones de argentinos y argentinos" consumen.
En razón de ello, Fernández explicó que ha decidido "constituir un fondo de estabilización con el objetivo de evitar el traslado de esta suba del precio internacional al precio que pagan" los consumidores. Sin embargo, no dio detalles sobre cómo será su funcionamiento. "He instruido a mis ministros para que tomen las medidas necesarias y ellos serán los encargados de comunicarlas a partir de mañana", explicó.
Desde la Quinta de Olivos, residencia oficial, el jefe de Estado señaló que "la batalla" del Gobierno nacional "es contra los especuladores y los codiciosos" y anunció que dialogará "con cada gobernador y gobernadora y con todos los intendentes para que las medidas que adoptemos lleguen a cada rincón de la Argentina".
Por otra parte, adelantó que a partir del lunes convocará "a los representantes de los sectores productivos, empresarios, trabajadores formales y de la economía popular, representantes del campo y el comercio, la pequeña y mediana empresa y la sociedad civil a una mesa de acuerdo", con el fin de "diseñar un mañana en la lucha contra la inflación".
El presidente había declarado el miércoles que a partir del viernes iniciaría una "guerra contra la inflación", al tiempo que aseguró que va a "terminar con los especuladores" que aumentan sus productos sin justificativos. Esto, previo a la aprobación en el Senado del acuerdo por la refinanciación de la deuda de 44.500 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), clave para evitar una cesación de pagos que podría marginar a la nación del mercado financiero internacional.
La suba constante de precios es una problamática que Argentina arrastra desde hace más de 10 años, pero que en el período de gobierno de Mauricio Macri se agravó, y con la gestión del Frente de Todos tampoco pudo ser controlada.
En el contexto actual, por el conflicto bélico en Europa, la escalada mundial de precios de los alimentos y el combustible ya causa efectos en América Latina, y en Argentina suma más problemas a la ya existente inercia inflacionaria.
Actualmente, en este país que produce y exporta trigo, el precio de la harina subió un 70 % en las bolsas de 25 kilos, por lo que muchos fabricantes han dejado de elaborar pan, o elevaron sus precios, llevando el valor en las tiendas desde los 220 pesos (1,90 dólares) hasta los 300 pesos (2,74 dólares) el kilo.
Hasta ahora, las estrategias de la Casa Rosada para contener la subida de precios, en especial de los alimentos, no han dado resultados.
Desde la Secretaría de Comercio Interior, que dirige Roberto Feletti, se han puesto en marcha o se han actualizado diversos programas de control como Precios Cuidados, Cortes Cuidados, Vuelta al Cole, entre otros. Se trata de una serie de canastas de consumo masivo que pretenden ser un ancla y una referencia para el resto de los precios en el mercado.
Habrá que ver si las nuevas medidas anunciadas por el presidente argentino podrán hacer frente a una batalla contra la inflación que se prevé cada vez más dura, y que día a día deteriora el poder de compra de los asalariados.