Las autoridades de la ciudad estadounidense de Miami Beach, en Florida, han aprobado la implementación del toque de queda de emergencia en la localidad, como respuesta a varios altercados y actos de violencia, incluidos dos tiroteos ocurridos en la madrugada del pasado domingo y del lunes, que dejaron cinco heridos.
La decisión enfrenta críticas por el impacto negativo que tendrá en las tiendas, bares y hoteles locales, que suelen hacer su agosto durante las vacaciones universitarias de primavera, que se celebran estos días. Pese a los actos criminales, cada vez más jóvenes se desplazan hasta las costas cercanas a la ciudad de Miami para disfrutar del clima, las playas y el ambiente nocturno.
El toque de queda se mantendrá desde la medianoche hasta las 6 de la mañana en la zona de South Beach, a partir del jueves 24 de marzo y al menos hasta el lunes próximo, e implicará también la prohibición del consumo de alcohol.
El alcalde Dan Gelber se mostró disgustado y frustrado ante el caos que las vacaciones de primavera generan en su ciudad, aunque no es la primera vez que se producen incidentes de este tipo. Solo el año pasado una persona perdió la vida debido a una herida de bala, hubo peleas, destrozo de mobiliario urbano y se produjeron miles de detenciones.
Escenas similares se han repetido este año y las medidas restrictivas que imponen las autoridades solo hacen que algunos visitantes se trasladen a otros barrios de la ciudad.