No han pasado muchas horas desde que el izquierdista Gustavo Petro confirmara a Francia Márquez como su compañera de fórmula para que empezaran las fricciones. ¿La razón? La postura de la aspirante a la vicepresidencia por el Pacto Histórico sobre el líder del Partido Liberal, César Gaviria.
Y es que, durante su proclamación como aspirante a la vicepresidencia, Márquez reiteró su rechazo a un acuerdo político que involucre al expresidente Gaviria, al considerar que su figura representa "el neoliberalismo, más de lo mismo". A juicio de la luchadora social, Colombia lo que espera "es un cambio".
Las declaraciones de Márquez fueron respondidas duramente por Gaviria en un comunicado emitido el miércoles por la noche, en el que descarta cualquier negociación con el Pacto Histórico mientras él dirija a los liberales.
"Las palabras groseras, falsas y malintencionadas que hizo la señora Francia Márquez, candidata a la vicepresidencia del Pacto Histórico en presencia del candidato Gustavo Petro, constituyen una ofensa inaceptable", sostuvo el político.
Petro intenta mediar
Atrapado en fuego cruzado, Petro trató de enmendar la situación. El problema para el candidato de la izquierda, que lidera los sondeos, es que necesita lograr mayores alianzas de cara a los comicios que se celebrarán en mayo.
La necesidad de esas alianzas es aún mayor cuando las encuestas pronostican que habrá una segunda vuelta. Por eso, en un mensaje publicado en sus redes sociales, Petro dejó claro que no se sumaría a las críticas personales sobre Gaviria.
"No quiero descalificar personas cuando sé que Colombia necesita el camino de las rectificaciones. Reconocemos en César Gaviria a la persona en la que el Partido Liberal ha designado su vocería. Esperamos que el liberalismo se apreste al camino de las reformas que necesita Colombia", escribió.
El problema es que los roces no son nuevos. Ya a a principios de marzo, cuando el binomio de Petro y Márquez aún no estaba constituido, la gresca entre ambos tuvo que ver con Gaviria. Mientras el senador defendía la necesidad de "construir una democracia donde quepan todos los colores" y sin "sectarismo", la activista afrodescendiente insistía en negar un pacto con los sectores tradicionales para "repartirse el Estado".
"¿Qué es un pacto con Gaviria? ¿Seguir repartiéndose el país creyendo que es su hacienda? ¿Creyendo que el Estado es su propiedad? (...) Yo llegué al Pacto Histórico porque quería un cambio", sostuvo Márquez, quien matizó que el error sería establecer acuerdos con el líder liberal, no con sus bases.
Por eso, en su mensaje del miércoles, Petro trató de rebajar las tensiones apelando a "la actitud liberal" para "aceptar la crítica", pero dejó entrever su rechazo a cualquier otra negociación de ese partido con los sectores políticos del ala conservadora, como el uribismo.
"Si el liberalismo quiere abrazar el fascismo, no podemos impedirlo; la historia lo juzgará severamente. Invitamos al liberalismo a hacer de Colombia una potencia de la vida", aseveró el candidato presidencial.
¿Y ahora qué?
En febrero, Petro y Gaviria se habían reunido. En ese acercamiento se barajaba la posibilidad de que los liberales respaldaran al izquierdista de cara a las presidenciales, pero la adición de Márquez pareció enturbiar esa posibilidad.
En su carta del miércoles, Gaviria le reprochó a Petro que su compañera de fórmula insistiera en atacarle. De hecho, dejó entrever que había elevado quejas previas por esos dardos públicos de Márquez: "Le comuniqué al candidato que eso no se podía repetir. Al parecer, no les importaron mis manifestaciones", escribió.
"Siento mucho que el Pacto Histórico piense que su lenguaje incendiario es algo que podamos celebrar los colombianos. Deseo que a nuestro país no le espere el lenguaje ese y esa actitud que nos conducirá a más violencia y total confrontación entre sus fuerzas económicas, sociales y políticas", prosiguió Gaviria.
Este distanciamiento con el Pacto Histórico podría ocasionar que los liberales decidieran acercar posturas con el aspirante de derecha, Federico Gutiérrez, quien ha sido presentado como el antagonista directo de Petro y el abanderado 'bajo cuerda' de un debilitado uribismo, sin candidato propio en la carrera.
La reunión entre Gaviria y Gutiérrez ya está pautada para la semana que viene, informan medios locales. Así, se reformulan las alianzas contrarreloj, cuando se acerca el evento comicial que –de acuerdo a las encuestas– podría implicar el viraje de signo político en uno de los países de mayor tradición conservadora en América Latina.