El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha comentado este viernes que en una serie de Estados, sobre todo en los occidentales, el fenómeno de "la cultura de la cancelación" se ha convertido en "la cancelación de la cultura".
El mandatario precisó que el término engloba "el ostracismo público, el boicot e, incluso, el silencio total, el olvido de los hechos evidentes, de los libros, de los nombres de las figuras públicas históricas y modernas, de los escritores, simplemente de personas que no encajan, no caben en los patrones modernos, por más absurdos que sean a la hora de la verdad".
Putin habló sobre la importancia de la cultura rusa que no solo representa un gran valor, sino que también aportó una "contribución invaluable" a nivel mundial. Sin embargo, "al día de hoy", se están llevando a cabo esfuerzos para "eliminar a todo un país milenario" junto con su población y "la discriminación progresiva de todo lo relacionado con Rusia" se realiza "con pleno convenio, y a veces, con la incitación de las élites gobernantes".
El presidente ruso señaló el hecho de que los legendarios compositores rusos como Piotr Chaikovski, Dmitri Shostakóvich o Serguéi Rajmáninov se eliminaron de los carteles de conciertos, al igual que la prohibición de libros y escritores provenientes del país eslavo. En ese contexto, subrayó que "la última vez tal campaña masiva de destrucción de literatura no deseada fue llevada a cabo, hace casi 90 años, por los nazis en Alemania".
De acuerdo al mandatario, el paso de "la cultura de la cancelación" a "la cancelación de la cultura" no es un suceso reciente. Enfatizó que en las películas producidas en Hollywood, "los únicos vencedores del nazismo" eran de EE.UU., mientras que "el coraje y el heroísmo, la victoria del Ejército Rojo, que hizo una contribución decisiva, simplemente fueron suprimidos".
El presidente aseguró que tales situaciones son "imposibles de imaginar" en Rusia gracias, en gran parte, a su cultura nacional. "Para nosotros es inseparable la patria de Rusia, donde no hay lugar para la intolerancia étnica, donde desde hace siglos viven, trabajan, crían hijos representantes de decenas de nacionalidades y etnias, y la diversidad cultural es el orgullo de la sociedad, la fuerza y la ventaja de nuestro Estado", concluyó.