RT se acerca a la línea de fuego y presencia el rescate de residentes atrapados en Mariúpol

Mientras sigue en curso el operativo ruso en Ucrania, el equipo de RT ha tratado de acercarse lo máximo posible a la línea de fuego en Mariúpol, escenario de una catástrofe humanitaria por ser uno de los epicentros de los combates, donde muchos civiles aún permanecen encerrados sin poder abandonar la ciudad de manera segura y sin acceso a alimentos, medicinas e incluso a agua.

Nuestro corresponsal Mauricio Ampuero fue testigo de cómo los militares que acompañaron al equipo del canal ayudan a rescatar a la población local y tratan de llevar a los vecinos de la zona a lugares seguros. Durante la grabación del reportaje, nuestro equipo tuvo que cortar la cobertura en varias ocasiones y alejarse de sus posiciones rápidamente debido a la insistencia de los combatientes ante un potencial riesgo para la vida.

Al comentar la situación militar actual en Mariúpol, uno de los militares señaló que hay avances, si bien "el enemigo resiste y pelea bien", lo que es indicativo de su preparación a lo largo de los últimos ocho años de conflicto en Donbass. También añadió que la ayuda humanitaria también llega, momento en que tuvo que cortar su relato al notar algo potencialmente peligroso, procedente desde lejos.

Minutos después, los militares aparecieron con cuatro civiles que portaban sus pertenencias en bolsas, entre ellos una pareja de mediana edad, que confesaba tener mucho miedo a todo lo que está pasando a su alrededor, así como un joven con una mascota en el transportín.

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"Aquí hay un tronquito, siéntese", ofreció uno de los miembros del equipo de RT a la mujer jadeante, que tenía mucha sed y dijo que no podía más. "¿Se puede sentar ahí? Tenemos miedo", contestó. Al sentarse al lado de Mauricio, la residente local contó que antes estaban en un refugio antibombas, en una guardería, y que comparten "todo entre todos".

A la pregunta de cómo logran arreglárselas durante tanto tiempo en una situación tan difícil, otra residente local entrevistada por el equipo de RT respondió que son "gente adaptable, por decirlo así". "Sobrevivimos. Poco a poco sobrevivimos. Fue difícil, pero teníamos una pequeña reserva de alimentos", dijo la mujer, acompañada por un niño que esbozó una sonrisa frente a la cámara.

La capacidad de sonreír del niño contrastaba con la congoja que embargaba a los adultos. Quien apenas pudo contener las lágrimas fue una anciana que perdió a su yerno, que murió en una de las calles de la ciudad, y que no sabe dónde está su hijo. Tampoco sabe qué ha sido de su otra familia y, de momento, solo está segura del destino de su hermana. "Mi hermana vive con su vecina. Así nos ha separado la vida. ¿Por qué? No lo sabemos", confesó la mujer, sin entender por qué la población civil se mereció ese desastre.

En determinado momento, el equipo de nuestro canal tuvo que refugiarse rápidamente en uno de los edificios cercanos, cuando los militares observaron que un dron militar estaba sobrevolando el área y no era seguro permanecer en la calle. Según pudo documentar Ampuero, además de tratar de proteger a los civiles rescatados, los combatientes también recopilan la información de los residentes locales sobre otros vecinos que aún permanecen encerrados, para ayudar a sacarlos de la zona de fuego.