Los residentes de varias ciudades del norte de Italia enfrentan multas de hasta 500 euros por desperdiciar agua luego de uno de los inviernos más secos en los últimos 65 años, con precipitaciones un 80 % inferiores a la media estacional.
Con el río Po, el más largo del país, en su nivel más bajo registrado en invierno desde 1972, varios municipios de regiones norteñas como Piamonte, Liguria, Lombardía y Trentino han introducido medidas de racionamiento que van desde el cierre de fuentes y restricciones nocturnas en el suministro hasta la prohibición de usar agua para el riego de jardines y parcelas, lavar autos y llenar piscinas.
"No recuerdo que haya habido nunca una situación de este tipo en invierno. No ha llovido desde el 8 de diciembre", dijo el alcalde de la ciudad de Quarona, Francesco Pietrasanta, citado por The Guardian. "Hay problemas con los pozos de agua, algunas áreas han tenido que ser abastecidas por tanques de agua. La regla es usar agua solo por necesidad real, como por razones de higiene o de alimentación", explicó.
Francesco Laura, el alcalde de Bajardo, un pueblo de Liguria, cortó el suministro a los grifos entre las 20:00 y las 8:00 horas, asegurando que no tenía elección, ya que "los manantiales se han secado" y "ya no llega el agua de las montañas".
No solo Italia ha enfrentado una severa sequía invernal. Toda la región del Mediterráneo se encuentra en la misma situación, con países como España habiendo registrado un 55 % menos de precipitaciones de lo normal.
Durante varios años, la comunidad científica ha advertido que las naciones mediterráneas son de las más amenazadas del mundo por los efectos del cambio climático y que en el futuro sufrirán de episodios de sequía y olas de calor con mucha más frecuencia.