En Estados Unidos continúa la investigación en torno a los datos contenidos en un computador abandonado por Hunter Biden, el hijo del actual presidente de EE.UU., de cuyo disco duro ingresó ahora una copia a los registros del Congreso.
Durante una audiencia en el Comité Judicial de la Cámara acerca de las labores de supervisión de la División Cibernética del FBI, Matt Gaetz, representante por Florida, abrió un debate sobre el computador portátil de Hunter Biden, al preguntar al subdirector de esa dependencia del FBI, Bryan Vorndran, si su oficina lo tenía en su poder.
El FBI ha sido ya criticado previamente por los republicanos, al considerar que no ha indagado apropiamente el escándalo del hijo del presidente y sus posibles negocios turbios en Europa del Este.
Por otro lado, el Washington Post admitió este miércoles que el polémico computador portátil de Hunter Biden realmente existe y que los correos electrónicos que lo vinculan con negocios ilegales en el extranjero son auténticos. Esto, un año y medio después que se informara sobre ellos por primera vez.
Según el medio, dos expertos forenses cibernéticos validaron el material asentado en el disco duro de la MacBook Pro que, según los informes, dejó Biden hijo en un taller de reparación de computadoras en Wilmington, en abril de 2019, y nunca recogió.
Para el análisis respectivo se recurrió a firmas criptográficas de Google y otras compañías de tecnología, que permitieron validar casi 22.000 correos electrónicos cursados entre 2009 y 2019.
Previamente, el New York Times publicó un artículo sobre la investigación que se lleva a cabo contra Hunter Biden por posibles infracciones penales de las leyes fiscales estadounidenses, así como por supuesto cabildeo extranjero ilícito y lavado de dinero, todo ello basado en correos electrónicos obtenidos de la misma computadora y que datan de abril de 2014, poco después del golpe de Estado en Ucrania apoyado por EE.UU.
Asimismo, en el computador se hallaron cientos de correos electrónicos y documentos que vinculan al hijo del presidente estadounidense con una compañía ucraniana de laboratorios químicos, especializada en la investigación de enfermedades que pueden causar pandemias y "podrían utilizarse como armas biológicas".
Además, se encontraron correos electrónicos que refieren a un trato que Hunter logró con una empresa china de energía, CEFC, por el cual le pagaron casi cinco millones de dólares, según registros gubernamentales, documentos judiciales y extractos bancarios.