El tema de los suministros del gas natural ruso últimamente está generando gran incertidumbre en los países europeos que buscan reemplazar las compras de recursos energéticos de Rusia por el inicio de su operación militar en Ucrania y las sanciones impuestas contra Moscú que dificultan los pagos por las entregas.
El nuevo esquema de pagos por los suministros del gas ruso a los "países inamistosos" en rublos hizo que una serie de países europeos, incluida Alemania, que destaca por su fuerte dependencia de la energía rusa, impulsaran sus esfuerzos por diversificar las fuentes energéticas apostando por recursos renovables y los combustibles que venden otros países del mundo, entre ellos Catar.
No obstante, expertos y representantes de la industria alemana advierten que el cese de las compras de productos energéticos a Rusia podría conllevar consecuencias imprevisibles para Alemania.
En un artículo publicado el pasado 1 de abril, la revista German Foreign Policy señala que la crisis ucraniana ya ha empezado a golpear la economía del país europeo y de todo el bloque. De acuerdo con el medio alemán, el "efecto amenazador" que sufre la industria del país se debe no solamente al conflicto militar en sí, sino también a las sanciones impuestas contra Moscú.
La "gran incertidumbre"
Las consecuencias económicas que amenazan a Alemania ya se traducen en la reducción de las previsiones económicas, rebajadas por el Consejo Alemán de Expertos Económicos del 4,6 % al 1,8 % para 2022, debido a la "gran incertidumbre" que suscita la crisis ucraniana y el aumento de los precios de la energía. Según detalla el organismo, la economía germana podría sufrir una recesión y una mayor inflación en caso de que se detengan los envíos energéticos rusos.
De acuerdo al presidente de la Federación de la Industria Alemana, Siegfried Russwurm, que participó en una entrevista con el canal ZDF, una posible interrupción de los suministros del gas natural ruso se traduciría en un "colapso" de las redes industriales en Alemania. Si bien Russwurm cree que de momento es imposible evaluar en su totalidad los efectos de una medida de tal tipo, considera que podría traducirse en la recesión y el desempleo. Mientras, recordó que, pese a los intentos de diversificar los suministros, Berlín no podría reemplazar el gas ruso, pues se trata de un tipo de fuente de energía "extremadamente eficiente".
Por su parte, Cristian Grimm, del diario alemán Augsburger Allgemeine, explicó que el plan de emergencia activado en Alemania para asegurar el abastecimiento de gas en caso de que cese el suministro desde Rusia ya provocó una subida de los precios del gas y la electricidad, gran parte de la cual se genera en centrales eléctricas de gas. En este contexto, sugirió que, si Alemania impusiera una prohibición de importaciones del gas, el petróleo y el carbón rusos para debilitar a Moscú, "se debilitaría a sí misma a largo plazo".
"Porque en este caso, incluso los altos precios actuales son un 'jardín de infantes' económico", escribe Grimm. "La industria tendría que cerrarse para que la gente en casa no se congele", agregó.
La "base de la competitividad" de la industria alemana
Desde las empresas alemanas también alertan contra decisiones apresuradas. "Es un hecho que el suministro del gas ruso ha sido hasta ahora la base de la competitividad de nuestra industria", expresó el director general del grupo químico BASF, Martin Brudermuller. Según Brudermuller, un rechazo inmediato de los suministros energéticos rusos sería "irresponsable" ya que "podría llevar a la economía alemana a su peor crisis desde el final de la Segunda Guerra Mundial" y pondría en peligro la existencia de muchas pequeñas y medianas empresas.
El empresario se mostró pesimista sobre las posibilidades de reemplazar el gas ruso "bajo alta presión". "Debemos ser conscientes de que, por ejemplo, los suministros del gas licuado desde EE.UU. llevarán a precios de la energía significativamente más altos y no se pueden realizar simplemente apretando un botón", destacó Brudermüller.
"El impacto será dramático"
Mientras, Christian Bruch, presidente y director ejecutivo de Siemens, también desaconsejó optar por un corte de los suministros. "Si dejamos el gas ruso de inmediato, el impacto será dramático", dijo Bruch en sus comentarios para Handelsblatt, y agregó que el efecto negativo para Alemania sería incluso mayor en comparación con los daños que sufriría Rusia dado que el suministro de gas es esencial para ciertas industrias.
En concreto, German Foreign Policy advierte que el rechazo inmediato del gas ruso, sumado a la falta de ciertas piezas debido a las interrupciones en las cadenas de suministros, podría traducirse en un "colapso colectivo" para la industria automotriz del país. "Si las sanciones occidentales se endurecen aún más y la guerra dura más, o incluso si se detiene el suministro de la energía rusa a Alemania, existe el riesgo de consecuencias 'catastróficas' para la industria automotriz alemana", escribe la revista.
La falta de este combustible podría afectar también otras industrias alemanas, incluidos los metales. "Sin el gas natural no puede haber producción de acero", subrayó a DPA un representante del conglomerado industrial alemán de siderurgia Salzgitter.
"El corazón de la economía alemana dejó de latir", concluyó Grimm sobre este escenario. "Es la industria donde se crea en gran medida la prosperidad", señaló.