El canciller ruso, Serguéi Lavrov, calificó este lunes las imágenes captadas en la localidad de Bucha, cerca de Kiev, como un "ataque de falsificaciones".
"Allí fue organizada una escenificación que van difundiendo por todos los canales y todas las redes sociales los representantes ucranianos y sus patrocinadores occidentales", dijo el ministro, aseverando que fue grabada "después de que las tropas rusas salieran de allí".
Asimismo, Lavrov señaló que Rusia pidió "una reunión urgente" del Consejo de Seguridad de la ONU. "Vemos en tales provocaciones una amenaza directa a la paz y seguridad mundial", señaló.
La noche del pasado sábado, fueron difundidas unas imágenes de cuerpos tendidos en las calles de Bucha, algunos con las manos atadas. El asesor de la oficina del presidente de Ucrania, Mijaíl Podoliak, declaró que los civiles "estaban desarmados", "no representaban ninguna amenaza" y "fueron matados a tiros por los soldados rusos".
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia tachó de "provocación" las imágenes que muestran cadáveres de civiles en las calles de dicha localidad ucraniana y denunció que se trata de una "escenificación" creada "para los medios de comunicación occidentales".
El Ministerio aclaró que todos los militares rusos abandonaron Bucha el pasado 30 de marzo, mientras que las imágenes se difundieron cuatro días después, cuando los miembros del Servicio de Seguridad de Ucrania y la televisión local llegaron a la localidad.
Según la parte rusa, los hechos "confirman de forma irrefutable que las fotos y los videos de Bucha son otra escenificación del régimen de Kiev para los medios de comunicación occidentales, como ocurrió en Mariúpol con la maternidad, así como en otras ciudades".
Por su parte, la vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, afirmó que podría tratarse de una medida destinada a "desviar la atención" de los laboratorios biológicos estadounidenses en Ucrania, "frustrar las negociaciones de paz y escalar la violencia".